LA COMUNIDAD ORGANIZADA: AHORA O NUNCA

Política

La Comunidad Organizada: Ahora o Nunca

 

 

En un artículo de opinión, publicado en el diario Tiempo Argentino, en agosto de 2020, escrito por Carlos Cleri, coordinador del Consejo Federal Cooperativo y Mutual del INAES, recuerda que Perón, en su retorno a la Argentina en 1973, remarcó la ausencia de una Comunidad Organizada conformada a partir de las “organizaciones libres del pueblo” y puso a esta conformación como eje del “Modelo Argentino”.

 

Alejarse “del colectivismo asfixiante y del individualismo deshumanizado” es “una tarea que requiere programación, participación del ciudadano, capacitación, aptitud de conducción y capacidad concreta para el estudio de las cuestiones relativas al desarrollo social del país … unidad de conducción, descentralización de la ejecución y una concepción que emane del sentir del pueblo”, concluyó Perón.

 

Desde la militancia, en los albores de la primer década del 2000, hemos bregado en vano con la dirigencia peronistas, la necesidad de hacer un trabajo didáctico en función de dar a conocer la “Comunidad Organizada”, que no es más que la doctrina filosófica del peronismo.

Es a “ahora o nunca” dijo Cleri en 2020

Y nosotros seguimos asegurando que si la dirigencia sigue haciendo oídos sordos nos condenará al abismo donde Dante reservó para los traidores el noveno círculo del Infierno.

En el inicio del artículo Carlos Cleri escribió:

 

«El capitalismo, como sistema económico, se manifestó en Inglaterra. Sus ejes doctrinarios fueron precisados en 1776 por Adam Smith, que institucionalizó culturalmente que al mercado libre la virtud de ser el supremo constructor del bien común. «Todo individuo trata de emplear su capital de tal forma que su producto tenga el mayor valor posible.

Generalmente no pretende promover el interés público ni sabe cuánto lo está fomentando. Lo único que busca es su propia seguridad, sólo su propio beneficio. Y al hacerlo, una mano invisible lo lleva a promover un fin que no estaba en sus intenciones.

 Casi 240 años después del hito de “La riqueza de las naciones”, la Organización de las Naciones Unidas expresara su “voluntad” de reparar las grandes miserias humanas a través de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible: poner fin a la pobreza, eliminar el hambre, aunque no mencione el déficit de agua potable, asegurar acceso a la salud, la educación, a la energía, al trabajo, a vivienda digna, que se reduzcan las desigualdades, haya igualdad de género o que las comunidades sean sostenibles…) es una demostración palmaria del rotundo fracaso del sistema capitalista como constructor del bien común (o mejor, del buen vivir).

Dos frases de Albert Einstein pueden ayudarnos: “locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”, “en medio de la dificultad yace la oportunidad”.

En 1994, Jonh Nash recibió el premio Novel de economía, quien, utilizando la teoría de los juegos, hizo la destacada contribución de que la maximización del interés de la comunidad y de sus individuos se logra a partir de la colaboración y no por competencia como decían los antiguos manuales de un sistema devenido en salvaje.

Pero muchos argentinos ya conocíamos ese ingenio. Juan Domingo Perón nunca se cansó de predicar que: “La humanidad necesita fe en sus destinos y acción, y posee la clarividencia suficiente para entrever que el tránsito del yo al nosotros no se opera meteóricamente como un exterminio de las individualidades, sino como una reafirmación de éstas en su función colectiva”, “Nuestra comunidad solo puede realizarse en la medida en que se realice cada uno de los ciudadanos que la integran y que viva en la convicción libre de que no hay diferencia entre sus principios individuales y los que alienta su patria”. Éste es el principio como Comunidad Organizada, cuyo factor aglutinante es la solidaridad social.

Sistemáticamente, quienes controlan la economía y la política argentina, los cipayos y patrones de afuera y de adentro, supieron influir culturalmente sobre la ciudadanía promoviendo el consumismo, el individualismo, el exitismo y la negación del Estado como garante del bienestar general, para que el pueblo no se organizara en comunidad. Este formateo se comprueba que hasta quienes se decían peronistas fueron capaces, entre otras cosas, de imponer el “Washington Consensus” (Menem), participar de la alianza y hasta ceder dirigentes para armar el “mejor equipo de los últimos cincuenta años” (Macri).

Para defender a los gobiernos populares y constituirse en freno de prácticas antidemocráticas, injustas y depredadoras, el pueblo debe devenir en Comunidad Organizada».

Las citas corresponden a los libros: La Comunidad Organizada y Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, Juan Domingo Perón.

Ver publicación original en Diario Tiempo Argentino

Recopilación: Héctor Pellizzi

 

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