Recordando a César Rengifo (1915-1980) Sus obras teatrales suman más de 40 piezas, que recrean gran parte de la historia nacional originaria, lo que le permitió obtener el Premio Nacional de Teatro en 1980.
Por Alberto Ravara S.
Alberto Ravara
Parafraseando al isabelino, diría que: “…no hubo más grande amor en la tierra como el de Ángela Carrillo y su Rengifo.” Era el comienzo de los 80, y en el Casco Colonial de petare, Ángela y Humberto Orsini, debían decir las palabras de inauguración de la sala y del festival de teatro breve, en honor a César Rengifo.
Me quede gratamente impresionado ante la dulzura, consecuencia, sensibilidad e inteligencia de aquella dama. Y ante la sencillez, caballerosidad y sapiencia del maestro Humberto. Iríamos forjando a través de los años una preciosa amistad con esos seres inolvidables.
Conocí personalmente a César Rengifo a comienzos del año 1979. Recuerdo que fuimos presentados por entrañables amigos comunes, el periodista paraguayo Joel Casal y su esposa Blanca. También, a los pocos días asistí a una conferencia sobre Humboldt en el Centro Humanístico Arístides Bastidas, que la dictaba el paradigmático maestro César Rengifo.
Causó sorpresa y admiración de las numeras personas asistentes, el nivel de información que poseía, la profundidad de análisis y la capacidad de síntesis. Reconozco que para aquella fecha sólo había leído en mi tierra natal, Argentina, dos piezas del singular dramaturgo.
Quedé sorprendido de su erudición y admirado de su actitud de artista orgánico comprometido con su tiempo al servicio del arte y las mayorías nacionales. Tal impresión me produjo su personalidad que leí rápidamente unas nueve piezas más de unas cuarenta escritas por él, que hoy tengo conocimiento.
A lo largo de las décadas que he vivido en Venezuela dirigí muchos de sus textos y en la medida que reflexionaba sobre el discurso del autor, sobre los ejes temáticos que él eligió y sobre el tratamiento profundo que hace de los mismos, comencé a preguntarme: ¿ cuál era la razón de que este dramaturgo tan importante para el teatro universal y la lengua española no sea conocido en la proporción de su calidad y grandeza?
Una respuesta sencilla que me doy y la ofrezco para el debate: es que las élites al servicio de las minorías tratan de hacerlo invisible, con el oscurantismo del discurso hegemónico que establecen.
A cuarenta años de su siembra, 2 de noviembre de 1980, se hace imperioso difundir su obra a nivel nacional e internacional, pues nuestro dramaturgo y artista plástico, venezolano, Nuestro americano y universal, es paradigma para el arte, la vida, los pueblos y las nuevas generaciones.
“El teatro es escuela de hombres y mujeres” El teatro de la resistencia, invisible, rebelde, nuestro teatro, el que “enmienda las costumbres riendo”; nace en la madrugada universal de los desposeídos y en semanas de ensayos, para presentarse junto al pueblo.
Con alegría y argumentos, desafía el estilo de vida burgués, denunciar al burócrata de turno, reflexiona ética y estéticamente, para construir una mejor sociedad. Por esa praxis, sabemos sensible y racionalmente, que necesitamos de nuestros maestros. Y César Rengifo, sin lugar a dudas, es uno de los mejores de su tiempo y nuestro tiempo. Por eso es imprescindible la memoria. Hacerla viva en cada montaje de su obra, para que retoñe su impronta creadora, en búsqueda de utopías necesarias.