EL PERONISMO QUE NADIE QUIERE
“La comunidad organizada, texto del presidente Perón, que en su lectura inaugura las jornadas del congreso filosofía en la provincia de Mendoza en el año 1949, es ya un documento de cultura.
Existen en el ideario peronista tres axiomas que siguen las esperanzas revolucionarias de la acción política: Independencia económica, soberanía política y justicia social.
Dentro de un amplio, sofisticado y complejo cuerpo doctrinal, que deben declararse como principios irreductibles para la construcción de una comunidad que componga valores para una vida que merezca ser vivida.
Los civilizados han cometido a lo largo de la historia barbaridades y, a su vez, los barbaros han construido artefactos de cultura que dan consistencia al pensamiento nacional, desde libros, como Conducción Política, La Comunidad Organizada, Apuntes de historia militar, Los vendepatria, Filosofía peronista, Política y Estrategia, entre una treintena de libros escritos por Perón”. (Gonzalo Rodríguez)
La Comunidad Organizada es la doctrina filosófica pensada por Perón que a partir de 1972 dirigentes y militantes domesticados por el sistema se ocuparon consiente e inconscientemente de diluirla a través de las décadas.
El modelo neo liberal, no confundir con liberalismo, se hizo carne en el peronismo y durante diez años profundizó las macabras políticas de Martínez de Hoz destruyendo literalmente todas y cada una de las herramientas del desarrollo económico y demolió serialmente los apotegmas del peronismo.
A pesar del rebote con Néstor y Cristina la doctrina pasó a ser olvidada y tapada por una frase: “El peronismo es una pasión, es un sentimiento”.
Y sí, también es pasión y sentimiento que impulsa a la resistencia contra los canallas y energúmenos, pero el peronismo es una doctrina filosófica que encarna la idea de comunidad.
Y eso es lo que no supimos transmitir. Nuestros dirigentes fueron domesticados por el sistema individualista, consumista, cuenta propista y no podemos dar respuestas a una oposición que es incapaz de dar soluciones, que cuando gobiernan instauran la ruleta financiera que no es nada más ni nada menos que la timba entre magnates.
Hablan, nuestros representantes, de peronismo con el perómetro en la mano, artefacto nauseabundo si los hay, para censurar, lapidar y hasta negociar con el enemigo de los trabajadores con tal de apartar al compañero y ocultar sus propias incompetencias.
Ese no es el peronismo que queremos. La ineptitud y el alejamiento con las bases populares le propinarán una sorpresa a una dirigencia que ha dormido la siesta roncando fuerte para sus bolsillos, para sus egos y mezquindades.
El pueblo está ganando las calles, lo demostró varias veces a partir del último 17 de octubre y si nuestros burócratas no se despabilan para encontrar el camino doctrinario y armonioso, veremos desfilar a las multitudes con las cabezas domesticadas de los falsos profetas de las falsas promesas…