El peronismo tiene una larga historia de proscripciones, de resistencia, de lucha, de sangre derramada…
La primera acción armada urbana en la tentativa de romper la proscripción a Perón fue realizada en 1960, Felipe Vallese con Gustavo Rearte, El Kadri y Rulli participaron de la primera acción de resistencia que concretaron bajo la sigla “Ejército Peronista de Liberación Nacional” (EPLN): atacaron un destacamento de la Aeronáutica en Ciudad Evita que se había instalado ahí para evitar que los vecinos de la zona ocuparan un barrio construido por la Aeronáutica; que a su vez era el resultado de un trabajo político realizado por la JP de Ciudad Evita.
Qué me van hablar de amor, diría el tango de Homero Expósito…
Cualquier excusa es válida para proscribir a los líderes del peronismo, cualquier argumento por más cínico y falaz que fuera le sirve a los esbirros de lo anti popular, de la anti democracia, del pro colonialismo y con Cristina no ha sido diferente.
Como lo hacía Perón en aquellos años bajando líneas, mandando mensajes, arengando a los verdaderos peronistas y enojándose con aquellos diciéndoles «Hay distintas clases de lealtades: la que nace del corazón, que es la que más vale, y la de la que son leales cuando no les conviene ser desleales… » . Seguramente la misiva era para los burócratas que lo único que les interesa es resguardar sus empleos. La ex mandataria como el General ha hablado y ha sido clara.
Para derrumbar la proscripción es necesario una estrategia y una conducción. La estrategia es dejar de colgarse de las tetas de Cristina e interpelar al pueblo sobre el modelo a seguir. Un trabajo incisivo, selectivo en sus fundamentos y a malonear casa por casa con la doctrina en la mano, con las verdades peronistas y recordando los errores, la desidia, el endeudamiento, el relajo por la salud y la educación de los antiperonistas.
La conducción de Cristina es inevitable e inapelable…
No vienen a proscribir a una mujer, vienen a proscribir a un pueblo, a una idea, a un modelo. Por eso es necesario dejar los intereses individuales, perversos y mezquinos que de nada valdrán cuando el enemigo avance cortando cabezas… El intento de magnicidio es un claro ejemplo. La tocaron a Cristina y no van a parar hasta destruir la dignidad del trabajo, de los derechos, de las conquistas…
Si no anteponemos las convicciones del campo popular y no vamos a la lucha en todos los frentes nos van a derrotar, pero no solo electoralmente, van a derrotar nuestras utopías y será una catástrofe.
El ejemplo y el espejo de la resistencia peronista del “luche y vuelve” deben empoderarse, corregirlos y adaptarlos a la actualidad. Aunque es tarde estamos a tiempo.
No viene solo por mí, vienen por ustedes