Murió Jorge Rulli, el fundador de la Juventud Peronista Revolucionaria
Militante peronista desde los 15 años, fundó con con Gustavo Rearte, Envar El Kadri y Felipe Vallese, entre otros, la Juventud Peronista Revolucionaria después del golpe de Estado de 1955.
Rulli participó de la primera acción de resistencia armada urbana, que concretaron bajo la sigla “Ejército Peronista de Liberación Nacional” (EPLN) atacaron un destacamento de la Aeronáutica en Ciudad Evita que se había instalado ahí para evitar que los vecinos de la zona ocuparan un barrio construido por la Aeronáutica; que a su vez era el resultado de un trabajo político realizado por la JP de Ciudad Evita.
Los días anteriores a la acción se reunían en la parte posterior del Sindicato de Farmacia. Confeccionaron unos brazaletes con la sigla EPLN y el día pautado se fueron en un colectivo de línea, de la misma forma que iban cuando hacían actividades relámpagos en las calles, con la diferencia que esa vez, algunos de ellos fueron armados.
También tomaron colectivos otros compañeros que no iban a participar pero igual lo acompañaron porque vivían por la zona.
Entre ellos viajó Brito Lima que pasó todo el trayecto pidiendo participar de la acción, pero no le tenían confianza política porque consideraban que no era un luchador como ellos.
Al llegar a Ezeiza entraron furtivamente a la zona custodiada y se escondieron en el departamento de uno de los ocupantes clandestinos que era de la JP. Se tiraron al suelo para que nadie percibiera movimientos y así esperaron hasta el momento propicio.
Gustavo Rearte
Rearte fue el jefe del operativo. La operación resultó un éxito y les permitió “expropiar” dos subametralladoras PAM, uniformes y municiones.
Jorge Rulli, cierta vez le contó a Oscar Anzorena, quien publicó en 1989 la Historia de la Juventud Peronista, que antes de iniciar el ataque esperaban que lleguen algunas granadas y un vehículo que irían a utilizar para la fuga. Esto no sucedió. El automóvil y las granadas nunca llegaron, pero nada los amilanó y Rearte ordenó ejecutar la operación.
Envar El Kadri
La situación en la casa era muy tensa, porque además de unos 10 militantes armados y tirados en el piso, la compañera del muchacho que había ocupado el departamento estaba dando a luz.
“De modo que había mucho movimiento, recordó Rulli, la madre de la chica, la partera, los gritos de la parturienta y nosotros que alumbrábamos también la primera operación armada. Se veía el cielo estrellado de Ezeiza sabiendo que a lo mejor nos mataban unos minutos después.
Felipe Vallese
Creo que fue una de las noches más cargadas que he vivido, sobre todo porque fue la primera que velaba armas. Cuando Gustavo dispuso que era conveniente nos organizó en grupos y a cada uno nos dio una misión, concertamos nuestros relojes y bajamos. Atacamos el lugar por tres lados, redujimos a dos soldados porque los demás huyeron.
Así que fue un éxito y un relativo fracaso. Fue una gran disparada por parte de ellos, no nos presentaron combate y nosotros no pudimos hacer más que dos prisioneros. Después volvimos caminando, cortando campo, cruzando alambrados, metiéndonos en charcos y así caminamos horas y horas hasta Buenos Aires llevando bajo la ropa las armas y municiones expropiadas que era el fruto de esa primera noche de lucha armada.
Las ametralladoras que le arrebatamos al enemigo se hicieron legendarias en esa etapa de la lucha de la Juventud Peronista”.
Fue una cabal muestra de decisión y de convicciones con que se ganarían el respeto de los compañeros de la resistencia.
Entre 1960 y 1963, publicaron Trinchera de la Juventud Peronista, una semiclandestina publicación de 14 páginas impresas a mimeógrafo. En 1965 Rulli recibió entrenamiento en la China de Mao y llevó una carta de Perón al líder comunista.
Perón consideraba la vía insurreccional como una alternativa de la toma del poder pero nunca como una guerra prolongada.
A diferencia de otros referentes de la Resistencia y de la JP jamás se incorporó a Montoneros. Ni adhirió al modelo cubano. Rulli siempre se mantuvo leal a Perón.
Estuvo prisionero y fue brutalmente torturado. Debió someterse a largos tratamientos de rehabilitación en clínicas especializadas. Más tarde se exilió en Suecia.
En los últimos tiempos, sostenía que el peronismo había cambiado “su conducción, su línea, su estrategia a diferencia del de los 70″.
En 2009 el kirchnerismo echó a Jorge Rulli de Radio Nacional, donde conducía un programa semanal desde hacía varios años. Sus cuestionamientos al “modelo extractivista” que contradecía el relato fueron el detonante de la censura.
“Pasé cinco años en las cárceles de la dictadura y cada día fue una pesadilla interminable –escribió Rulli en su blog-. Pero sobreviví. Me recuperé, y a los 70 años estoy peleando una pelea que entiendo merece respeto. Necesito saber quién me está echando de la Radio Nacional”. Nadie desde el oficialismo se dignó responder.
En cuanto a sus preocupaciones ambientales, afirmaba que ese era otro tema abandonado por el peronismo que había olvidado “el documento ecológico de Perón”, en referencia al “Mensaje Ambiental a los pueblos y gobiernos del mundo”, que el General había enviado a la Cumbre de Estocolmo del año 1972, en el que alertaba sobre la dilapidación de los recursos naturales, y los riesgos de la contaminación del medio ambiente. En el papa Francisco encontró un interlocutor para estas preocupaciones. “Lo de Perón fue anticipatorio. No lo han leído, y que se digan peronistas y la gente los vote porque son peronistas, no puedo creerlo”, se lamentaba.
Militante de una era en la que el compromiso implicaba una entrega total que llegaba hasta la vida misma, era natural que sintiera extrañamiento frente al espectáculo de la política actual que ha convertido a la “militancia” en una fuente de privilegios, una actividad que roza con el clientelismo, expresado no sólo en el asistencialismo sino en la profusión de puestos públicos para beneficio de la facción política de turno.
Jorge Rulli escribió varios libros, entre ellos Semillas para una nueva conciencia (Econautas 2022), La agonía del peronismo (Biblos, 2019), El libro de los editoriales (Corregidor 2007), una compilación de sus editoriales en Radio Nacional, entre otros. También publicó Diálogos en el exilio, un libro que recoge diálogos mantenidos en 1983 con Envar “Cacho” El Kadri.