12 años de una extenso y arduo trabajo legislativo, de caminar cada esquina de la ciudad, de andar las calles, de recorrer las entidades, todas las entidades, desde el club de tejo, a los rotarys, desde los clubes deportivos a las bibliotecas y sociedades de Fomento, desde los centros culturales y las escuelas, a las agrupaciones de vecinos y empresas de producción y cooperativas.
Este es el trabajo de hormiga, constante y sin descanso de Valeria Arata durante años, para hacerse de los pergaminos necesarios para gobernar una ciudad desgobernada, de absoluto servicio sin ningún tipo de gestión para un desarrollo agroindustrial, metalúrgico y con pobrísima obra pública.
Arata se ha preparado para administrar una ciudad que necesita de creatividad, de una política de integración, de inclusión para para desarrollar la economía que redunde en trabajo digno, en una buena salud municipal y en un gran polo cultural. La seguridad es amiga del bien estar porque erradica el lumpenismo y la violencia.