Los círculos indican la ubicación de cámaras que se quedaron sin imagen porque la movilización fue menor a la esperada… Imagen: AFP
Lejos de millón de personas que anunciaban (los votaron 14 millones), el pueblo que votó en las urnas por la moto sierra, respaldando a un admirador de Margaret Teacher y negociando de alguna manera los cuerpos de nuestros soldados caído en cómbate en las Islas y asesinados fuera del escenario de guerra, en el cual, uno pensaba que ante tanta agresión a la soberanía, al pueblo, a los trabajadores en blanco e informales, a los peronistas, a los radicales, a la izquierda, exaltando la estética blanca sobre los marrones de las provincias, iban a votar en defensa propia,
pero no, se volcaron masivamente a las urnas pidiendo ajuste, aumento de tarifas, eliminación del Estado, de la moneda, del banco central, el derespeto por los ríos y mares y cuanta cosa estrafalaria profesaba como la venta de niños y de órganos y todo esto se confirmó ayer en una acto populista con buena cantidad de gente si la comparamos con la asunción de Macri y que no dejaba de vivar cuando Milei gritaba que no había plata, que el ajuste iba ser durísimo, que no iba a recaer más en la casta política como anunciaba electoralmente, sino, que durante seis meses iba a caer sobre el lomo de los que aplaudían y de los que lo miraban por TV y también de aquellos que ya habían visto esa película que se anunciaba y se horrorizaban tapándose los oídos.
Los titulares del mundo resaltan, hoy, extrañados con cuánta alegría el pueblo festejaba a un presidente que les estaba ofreciendo represión, baja de salarios y aumento en los precios de alimentos y de servicios.
Qué lejos que quedó la patria de Perón y de Evita…