Tal es el sentido popular alertando a las autoridades de la ciudad autónoma y de la nación del hacinamiento de detenidos en comisarias que no cumplen con el protocolo necesario para albergar poblaciones de presos y que después terminan burlando los esquemas de seguridad, tal como aconteció en abril pasado que hubo fugas en Villa Urquiza,  en agosto en la Alcaldía n°4 de Nueva Pompeya y recientemente en la Comisaría 4D de Barracas, donde 11 presos, por una claraboya,  alcanzaron las calles y cabe destacar que meses anteriores 4 presos huyeron de esta misma Comisaría, lo que habla a las claras de la incompetencia del sistema carcelario en la ciudad autónoma.

La claraboya de la libertad

La superpoblación, las pésimas condiciones a que son sometidos los detenidos, la precariedad de las infraestructuras, la connivencia de penitenciarios corruptos, (se habla de 4 detenidos sospechados de haber facilitado la fuga), la falta de políticas serias, la ausencia de prevención del delito, apuntalada por condicione sociales perversas, como es el deterioro del trabajo genuino, el deplorable sistema habitacional, la pérdida del poder adquisitivo, aún en aquellos trabajadores llamados “en blanco” y la insoportable carestía de vida, crean en la sociedad un clima de violencia que abarca todos los sectores de la población y como si esto fuera poco, desde los estamentos superiores del gobierno le echan nafta al fuego en una cadena interminable de incompetencia y grosera mediocridad.

Vecinos del pueblo de Barracas en pie de guerra contra Jorge Macri por instalar paradores para presos

Los vecinos de Barracas ya marcharon en protesta de éstas políticas erráticas, ahora convocan a una nueva marcha, pero si los representantes del pueblo, los dirigentes políticos de todos los colores no se ponen a la  altura de la protesta y a la cabeza de estas marchas, llegará el día que sus propias cabezas irán como estandartes de desidia, porque la sociedad, aún des norteada, tiene límites.