LA VOZ DE LOS BARRIOS vivió junto a Lorena del Pilar Chasco los últimos minutos del Teatro Brown. Fue una noche emotiva por su significado histórico, por el recuerdo de 12 años maravillosos iluminado por el sacrificio de no abandonar nunca la batalla cultural.

LORENA- Llegué los primeros días de octubre de 2012 con Rubén Rivas (Grillo) y Marcelo Montorfano, actores del Teatro Independiente. La idea surge mientras estaba  realizando producciones teatrales con Damián García, director y actor, buscando salas chicas para los espectáculos independientes que eran muy caras y sumado a los costos de producción si no se cuenta con un buen dinero no se puede realizar y se terminaba trabajando para el dueño de la sala.

En mi cabeza estaba rondando la idea de tener una sala propia, para darles a los actores una oportunidad. En esa época bailaba tangos de lunes a lunes y recuerdo que fui a bailar a Ave Tango, lo que hoy es el teatro Brown, me gustó el lugar, muy bonito, super copado y comencé a bailar todos los martes.

Festival de tango

En el primer festival de tangos conocí a Mariano el dueño, del que en un principio fue el Cine Teatro Brown, quien me comentó que Ave Tango cerraba y la sala ya  estaba apalabrada a otra persona que terminó alquilándola y se llamó Oros Pab, una suerte de café cubano, que duró apenas tres meses.

Luego Mariano me propuso alquilar la sala por 6 mil pesos que era lo que yo ganaba en un mes como trabajadora en relación de dependencia, entonces, me asocié con Marcelo y Grillo y comenzamos las primeras funciones trabajando a la “gorra”. Los primeros afiches lo hacíamos a mano al igual que los volantes y los repartíamos de mano en mano, fue muy emocionante eso.

Al principio venían 3 o 4 personas, que uno abra una sala en la punta del Riachuelo era un montón, lo importante era que vengan las personas que no son amigas. Porque los amigos con el tiempo se cansan de hacerte el aguante. Buscábamos el público del barrio, no nos importaban los turistas, que también eran bienvenidos y así se fue haciendo…

LA VOZ-  ¿Cómo te convertiste en actriz?

Lorena

LORENA-  Grillo estaba ensayando una obra suya llamada “Crónica de una comedia anunciada” pero la actriz no estaba viniendo, entonces me dice: “la tenés que hacer vos que ya conoces como es y estuviste en todos los ensayos”.  Y ahí subí al escenario y no me bajé nunca más.

Lo que descubrí  también fue que podíamos hacer al teatro más institucional y empezamos a trabajar con las escuelas, con los bomberos voluntarios, con el museo Quinquela Martín. Me recorría el barrio y comenzamos a elaborar programas de fortalecimiento con las entidades como “El teatro va a la escuela o la escuela va al teatro”. Comenzamos a sacar el teatro a la calle. Íbamos a las escuelas a hacer teatro y los alumnos venían a al teatro  a ver obras gratuitas, muchos de esos chicos y chicas que tenían 12 o 13 años, hoy , una década después, algunos vienen al teatro.

Somos los únicos que en vacaciones de invierno hacíamos tres funciones diarias, eso en La Boca es buenísimo… Se va a extrañar…

Teníamos el proyecto  de hacer un mecenazgo, que de hecho después lo hicieron otras personas. Las buenas ideas son para transmitirlas. Antes era muy celosa de las ideas que tenía, de mi creatividad, pero mi di cuenta que resguardarla y no hacerlas es un desperdicio, pero cuando la ves en el otro es maravilloso, para eso  estamos…

Las tertulias en el Brown

LA VOZ- “La orden del tornillo” idealizada por Quinquela Martín que reunía artistas y personalidades del ambiente se realizaba con  tertulias en su casa ¿Ustedes reactivaron esa tradición?

LORENA-  Si, las tertulias fueron un ícono. Sabíamos que Quinquela las hacía los domingos y nosotros el único día libre que teníamos era el martes y así comenzamos, con un paquetito de fideos de colores servidos en unas cazuelitas… Éramos cuatro, con el tiempo llegamos a ser más de cien. Recuerdo un día de marzo a pocas horas de nacer  mi hija, estaba amasando como loca para una cantidad enorme de invitados, yo con esa panza, con ese calor y comiendo torta de chocolate, al otro día me internaron y nació Eva. Así que Eva esta en el teatro desde que nació. Yo hacía sonido y luces en la cabina mientras le daba la teta.

Eva, Lorena y Walter

También de  aquí surgió la idea de hacer el día de La Boca de forma masiva, más popular, más participativa, porque se hacía pero muy cerradito para el barrio. Hoy, hasta hay dos días de La Boca, de un lado, del otro, del otro lado, ja, ja…

En 2018, Víctor Fernández, director del museo me comunica que había sido nominada para el premio “Ciudad Futura” que es un galardón que se le da a los ciudadanos por preservar, y custodiar la cultura del barrio. Finalmente me dieron el premio. A esta altura Grillo y Marcelo ya se habían ido con un proyecto de abrir un teatro en el barrio de Barracas que hoy se llama “Macondo”.

Otra cosa fundamental era el festival de tango que con las vacaciones de invierno y las tertulias no podía faltar. Cierta vez nos clausuraron por no haber actualizado el plan de evacuación, es que la ley había cambiado y había que hacerlo a través de gestoría y nosotros no entendíamos mucho y nos terminamos colgando. Faltando un día para el festival nos levantaron la clausura, pero yo ya lo tenía decidido, con clausura o no el festival de tango se hacía.

LA VOZ-¿Cómo fue la programación de murgas?

LORENA- En el 2018 comenzó la programación de murgas con la colaboración de Damián Chaparro. Seis años haciéndolo en un total de 56 eventos. Todas las murgas de todos los barrios porteños.

Walter, compañero de Lorena apunta que fue un redescubrimiento, una nueva valorización de lo que es la murga con toda la complejidad que tiene para ellos adaptarse a un espacio cerrado.  Tal es así que se hizo un estudio para saber con cuantos bombos  el espacio no se saturaba y un diagrama para el desfile. “todo muy prolijo” finalizó Walter.

Fernando Quintana

LORENA- Otro ícono es el de los actores transformistas con fono mímica, donde Fernando Quintana, integrante de los Hermanos Quintana, desde hace más de 25 años viene gestando ese estilo.

LA VOZ – ¿Por qué se van?

La última birra

LORENA-  Hemos concluido un ciclo. Hemos ganado premios. Tenemos reconocimiento de todas las instituciones del barrio, cartas de recomendaciones de todas las escuelas, en fin, un ciclo maravilloso. También hemos experimentado cierto cansancio y yo particularmente veo que las horas de trabajo me van mermando tiempo para Eva que con 9 años no la puedo llevar a la plaza, a un cumpleaños, por estar en función no la pude acompañar a los 25 años de La Delio, su banda favorita…

Desmontando el teatro

Sumado a todo eso, este 2024 que pasó fue muy complicado, no por el laburo porque seguimos trabajando muy bien, sino por el aumento de los impuestos, tres veces más caro, los servicios aumentaron  cuatro veces más, también el alquiler del espacio y los subsidio para el teatro ya no alcanzan y tuvimos que poner de nuestro bolsillo aunque siempre lo hemos hecho y nunca nos quejamos, pero este año es demasiado…

LA VOZ- ¿Alguna anécdota para destacar?

LORENA- Un día terminamos la función con Grillo y Marcelo y nos fuimos a la pizzería Banchero a matar el hambre. Llegamos, y cuando nos íbamos a sentar escucho que el mozo le dice al de la caja, “¿habrá terminado el teatro? Porque cuando termina las  personas vine para acá…” y yo dije: guau, como los teatros de calle Corrientes, entonces nuestro teatro es un teatro de verdad…  Que el mozo de Banchero, nada menos que de  Banchero dijera que estaba esperando el cierre del teatro para que llegaran clientes,  eso para mí fue un montón.

Las últimas luces

LA VOZ-  ¿Qué pensás que puede pasar con este espacio ahora que se van?

LORENA- El mejor homenaje a estos 12 años de cementar el teatro en el barrio, porque el 70% de nuestra actividad era teatral, seria que continuase, que el nuevo inquilino tenga el mismo amor y sacrificio por la cultura del teatro que tuvimos nosotros. Sinceramente me voy contenta, me voy satisfecha, me voy con un libro de actas que dice que en la última inspección encontraron un establecimiento sin irregularidades.