BUSCANDO A EVA
Por Carolina Corfield *
43 años de silencio llegan a su fin en un acto cargado de emociones y teñido de color
verde. Es el 7 de mayo de 2019, se cumplen 100 años del natalicio de Eva Duarte, Evita.
Un aire de añoranza envuelve a todos los que se encuentran reunidos ese día en la
platea techada del Club Atlético Sarmiento -la institución deportiva más representativa
de la ciudad de Junín- para dar paso al redescubrimiento del busto de Eva, despojado
del Estadio que lleva su nombre desde la última dictadura cívico-militar.
«Vamos a descubrir a la más linda de todas, tenemos el estadio más hermoso del
mundo… Se llama Eva Perón, se las presento».Los aplausosy las canciones que entonan
los hinchas ahogan la voz de Leonardo Ridolfi, miembro del Movimiento Cultural y
Popular Sarmientista, quienes tomaron la iniciativa para que ese rostro de cemento
blanco y eterno vuelva a su lugar de origen.
Los vaivenes de la búsqueda del busto de Eva, y su lucha por la restitución, atraviesan
la historia de un club y una ciudad atada a la inestabilidad política del país por casi
medio siglo.
Movilizó pasiones, y destapó secretos que muchos preferían callar.
El primer busto
El 9 de julio de 1951, la primera plana del diario La Verdad de Junín anuncia que el día
anterior, se inauguró en la ciudad el Estadio «Eva Perón» del Club Atlético Sarmiento.
El estadio de cemento, como lo llaman sus hinchas.
Es Elisa Duarte, figura del peronismo en clave femenina, casada con el mayor Alfredo
Arrieta y hermana de Evita, quien junto a funcionarios y representantes del
peronismo local y nacional, llevan adelante los actos de apertura: se disputa un partido
amistoso entre Sarmiento y River Plate, se enciende la llama votiva, se toman fotos.
En ese mismo evento, Elisa descubre una imagen de su hermana Eva realizada en
mármol de carrara.
Un año después, en julio de 1952, por la cadena de radiodifusión nacional una voz
masculina rasga la monotonía de los hogares argentinos:
«Cumple la Subsecretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación el penosísimo
deber de informar al pueblo de la República que a las 20:25 horas ha fallecido la señora
Eva Perón, jefa espiritual de la Nación».
Evita se vuelve eterna.
Los rostros de Eva
Trabajo plástico: Karina Beltrán
La tradición de los bustos de Eva Perón recorren a lo largo y ancho el territorio
nacional. Las imágenes reproducidas en diferentes materiales, los monumentos que la
representan a ella, a Juan Domingo Perón y a otras figuras del movimiento, supieron
condensar la potencia y el lenguaje propio del peronismo. Se colocaron en plazas,
ciudades, pueblos, instituciones, oficinas y escuelas. Sus nombres bautizaron calles,
ciudades y otros rincones del país.
«La memoria se enraíza en lo concreto, el espacio, el gesto, la imagen y el objeto»,
señala el historiador Pierrre Nora. Los rostros de Eva fueron parte de los objetos de una
memoria que la llamada Revolución Libertadora se esforzará en destruir.
De esa sonrisa sólo quedan fotos
El golpe cívico- militar que derrocó al gobierno de Juan Domingo Perón en 1955 no
perdonó al Club Atlético Sarmiento.
Los diarios locales cubren sus páginas con imágenes de festejos en las calles céntricas
de Junín, omitiendo el raid destructivo del que fueron objeto diferentes monumentos
que se identificaban con el gobierno destituido.
Sólo llama a mantener «la mesura» en los festejos.
Se viven días temor, se arrancan de cuajo placas, y se voltean y funden en hornos o a
los golpes estatuas, monumentos y todo vestigio material de los años peronistas.
Ese primer busto de Eva no escapó al torbellino de violencia: fue arrancadode las
instalaciones del Club,destrozado a martillazos y diseminado en un reguero de
escombros por las calles de Junín.
La segunda Eva
En 1956el decreto ley 4161 prohibió pronunciar los nombres de Juan Domingo Perón y
Eva Duarte de Perón, así como cualquier mención a la ideología peronista.
Formó parte del llamado proceso de «desperonización» del que el Club Atlético
Sarmiento no fue ajeno: se arrancaron las letras con el nombre del Estadio del que
solamente quedó esa palabra, Estadio. En 1963, en plena proscripción peronista, el
artículo 2 del estatuto del Club se modificó y prohibió expresamente el uso del nombre
«Eva Perón» para referirse al predio futbolístico.
Una década después, el 23 de septiembre de 1973, Juan Domingo Perón volvía a ganar
las elecciones presidenciales con el porcentaje de votos más alto que ningún candidato
haya alcanzado nunca.
La memoria siguió necesitando de sus lugares, y es así que finalmente en
1974 un nuevo busto con el rostro de Eva (esta vez realizado en cemento) ocuparía el
lugar del antiguo torso.
A nivel nacional se abría una etapa caracterizada por el incremento de la violencia
política, y el rostro cementicio sólo duraría dos años en las instalaciones del Club.
La memoria tiene sus mecanismos propios, uno es el olvido
«Nadie se acuerda de nada, muchos prefieren olvidar, los que sabían ya están
muertos», son frases que se repiten cuando se trata de abordar los hechos sucedidos a
partir del 24 de marzo de 1976.
Se abre un abismo, y el segundo busto de Eva también desaparece del Club para
perderse en las sombras de los años.
Pasan las décadas, comienza un nuevo siglo, las fuerzas de la historia cambian la
realidad social y política argentina.
El 1de abril de2011se realizan los festejos por el centenario del Club Atlético
Sarmiento. En medio de una vorágine colorida de ofrendas florales y placas, socios,
hinchas, camisetas y banderas verdes que inundan la ciudad, directivos y el intendente
local descubren un nuevo conjunto de letras con el nombre «Estadio Eva Perón» en la
parte alta de los vestuarios.
Las letras, confeccionadas en chapa, fueron encargadas a la Cooperativa Mayor
Arrieta (sí, el marido de Elisa Duarte y cuñado de Eva)que funcionaba en los ex talleres
ferroviarios. Un gesto que unía en una nueva trama, pasado y presente de una ciudad y
un club.
La cancha de Sarmiento recupera su nombre, pero van a tener que pasar siete años
para que en 2018un grupo de hinchas conforme el Movimiento Cultural y Popular
Sarmientista que se propone -entre otras cosas- volver a instalar una nueva imagen de
Eva que reemplace a las desaparecidas por las dictaduras.
En una campaña movilizada por la pasión, los integrantes de este Movimiento van a
encarar una movida con miras a reunir los fondos necesarios para la realización de un
nuevo busto. Las acciones se publican en Redes Sociales y canales de televisión, se
realizan entrevistas a sus referentes, los diarios locales publican la iniciativa.
Es una hoja de papel impresa en un periódico la que llama la atención de Juan Carlos
Giménez, un jubilado ferroviario de 80 años, que no duda y llama al contacto publicado
en el diario.
No se perdió, está escondido
Juan Carlos, en un primer contacto con Leonardo Ridolfi del Movimiento Sarmientista,
revela que un amigo cercano tiene en su casa guardado desde hace décadas, el busto
que el padre logró rescatar del Club y esconder de la ultima dictadura cívico– militar,
un secreto que bien podría haberle costado la vida.
Pero con este dato revelador surge un nuevo dilema: él nunca vio el mentado busto, no
sabe cómo es y no lo recuerda siquiera de cuando se encontraba emplazado; tal vez lo
que tiene para contar es sólo una historia.
Los archivos de los diarios locales no conservan ejemplares en donde se muestre
alguna imagen de ese segundo busto de Eva: si es que la hubo, se perdió o todavía
espera escondida.
¿Sería realmente el mismo?
¿No es uno más de todos aquellos que desaparecieron?
¿Existe, es real?
Comenzaba entonces la tarea de comprobar la existencia primero, y autenticar y
recuperar ese busto después, un objeto que se había vuelto leyenda. Se despierta en los
corazones de los hinchas el deseo de reinstalarlo para la celebración de los 100 años
del natalicio de Eva Duarte.
En medio de las gestiones y negociaciones con los distintos miembros de la familia que
había cuidado el busto, se dan cruces de versiones y se desatan malentendidos. Hay
idas y vueltas, discusiones incluso en los medios de comunicación locales. Muchos
llegan a pensar que va a ser más difícil de lo que se creía ,cuando no imposible.
Esa llama que inflamó el pecho de los hinchas con la historia de Juan Carlos comenzaba
a apagarse.
El mediador
Cuando el desconcierto invade, aparecen los pequeños indicios y las personas que
ayudan a reconstruir la trama.
Otro hincha toma la posta, el Pluma Tuñón, amigo de la familia que custodiaba el busto,
pero del cual ignoraba su existencia. Su rol se vuelve crucial por un motivo: fue testigo
del emplazamiento del mismo en 1974.Con él no sólo va a llegar la confirmación de la
autenticidad, sino también la intermediación entre el Movimiento que intenta
recuperarlo y la familia.
Una tarde, acompañado de otros hinchas, el Pluma dirige su humanidad de másde un
metro noventa a una casa ubicada en el9 de Julio, un barrio céntrico de la
ciudad. Atraviesa pasillos y habitaciones, hasta que en un rincón sobre muebles viejos y
papeles, envuelto en trapos y rodeado por los restos que forman la historia de un
pasado familiar, se encuentra con un rostro que le devuelve la mirada luego de 43
años.
Durante décadas el busto de Eva fue resguardado por una familia juninense.
Quien lo sacó del Cluben 1976 antes de que los agentes civiles y militares de la
dictadura lo destrozaran, quien lo llevó a su hogar y lo escondió, falleció hace tiempo.
Esa tarea no la realizó solo, pero los nombres de sus acompañantes y de quienes se
arriesgaron junto con él aún hoy se desconocen.
La tarea del cuidado la heredó su hijo y su familia, el busto se ocultó en galpones,
huecos y hasta en un pozo ciego. Las medidas nunca eran suficientes: el miedo es una
bestia que tiene mil ojos y oídos.
Una nueva época
En 1983 Argentina recuperaba la democracia, pero aún no era el momento indicado
para la restitución del preciado busto, conveníapara todos esperar. Pasaron las décadas
y los gobiernos, alumbraba un nuevo siglo y las esperanzas de muchos renacían.
Mientras los protagonistas de las historias pequeñas y mínimas como esta
abandonaban el plano terrenal -llevándose los secretos de su siglo- los relatos en
manos de familiares y amigos lograban sobrevivir, y se transformarían en acciones de
recuperación de la memoria.
Aquel 7 de mayo de 2019, en el marco de los 100 años del natalicio de Eva Duarte,el
Club Atlético Sarmiento de Junín vivió una fiesta.
Evita volvía a casa
Carolina Corfield
Docente & Investigadora
Profesora de Historia de la Universidad Nacional de Mar del Plata