Camila Muller: “Pensé que me moría”

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Camila Muller, un relato en primera persona. “Pensé que me moría”

La docente y actriz cuenta cómo fue agredida y abusada sexualmente en el interior de casa en el marco los operativos represivos que promueve Gerardo Morales en Jujuy y cómo, hasta hoy, sus denuncias quedan truncas dentro del Poder Judicial local.

Entrevista por María Laura Morales*

Torturada en su casa por la policía jujeña, Camilla Muller dialogó con Radio Gráfica sobre lo que le acontenció en el contexto de las luchas populares que llevan más de un mes contra la reforma constitucional que impulsó el gobierno de Gerardo Morales.

“Estuve en la represión del 20, algunos compañeros perdieron allí un ojo y otros estuvieron muy graves, porque disparaban a la cabeza”, inició. “Aunque la repercusión de Morales inició cuando comenzó su gobierno”, sumó.

A mí también cuando me redujeron en mi casa me golpearon mucho la cabeza y los ojos”, siguió sobre lo que vivió días despúes de aquellos ataques a la movilización.

“Estuve muy activa en la lucha en este tiempo y como siempre. Nos sacan fotos, nos identifican. En la madrugada del 28 de junio, escucho ruidos y me asusto porque durante el día 27 había estado perseguida todo el día por estas camionetas blancas que estaban llevandose gente desde el 20″, dijo.

“Camionetas sin patente o con patente dudosa que no tenían titularidad en el registro del automotor”, aclaró.

Y retomó: “El día 28, en casa se estaban quedando compañeros y compañeras del interior, por eso yo no sabía si el ruido era porque venían a dormir o no. Yo fui la única del grupo que ese día no marchó y no comió con los compañeros, eso denota un trabajo de inteligencia“.

“Cuando tocaron la puerta sabían cómo tenían que tocar, la forma en que golpeaban mis compañeros. También sabían el nombre. Abrí la puerta e inmediatamente me avasalló un hombre, que es lo único que llegué a ver, un hombre de barbijo negro y capucha azul”.

“Lo primero que hizo es empujarme y me redujo y me tabicó con mi propia camiseta. Yo estaba con una camiseta que me levantó y me tapó los ojos con eso. Me ató las mangas atrás de la cabeza. Lo sé porque yo me saqué esa capucha, cuando se fueron”.

“Simultáneamente, me estaban llevando los brazos hacia atrás poniéndome precintos en las muñecas. Escuché el sonido y los precintos están acá en mi casa, a la espera de un peritaje que la Justicia nunca vino a hacer. Y al mismo tiempo me pusieron un trapo en la boca, trapo que estaba embebido de algún combustible, con olor fuerte, agarrás o nafta, no sé”.

“Yo pensé que me llevaban, me chupaban, y lo siguiente fue sentir que se cerraba la puerta de mi casa. Y ahí, el hombre que me había tabicado se puso a mi espalda y empezó a cortarme la respiración. A estrangularme con un cinto o un cable.Era jugar con mi vida al máximo, yo me quedaba sin aire sintiendo que me latían los ojos y ahí me soltaba”.

Al mismo tiempo, las mujeres me golpeaban el rostro, mucho los ojos, el maxilar y ahí sentí desvanecerme. Mientras me pegaban, me hablaban en voz baja. Una de las mujeres es la que más habló conmigo. Me dijo ´vos te haces la revolucionaria, pero sos una puta´. Me dijo que yo no sabía quiénes eran ellos, pero que ellos sabían perfectamente quién era yo. A ver si me quedan ganas de seguir moviendo el culo después de esto”.

“Me golpearon en todo el cuerpo, espalda y abdomen. Yo tengo una histerectomía de utero de hace 5 meses. Temí mucho, porque me pegaron muy fuerte en la zona de la herida que estaba a la vista. Yo estaba en ropa interior”.

Por momentos, esta acción de apretarme el cuello fue repetida varias veces. Una de las veces entre el dolor del maxilar y la presión en el cuello, yo sentí que me moría y que me quería morir. Pensé en mis hijos, tengo 2, que viven en Córdoba. Pensé que me maten a mí pero que no lastimen a mi gente. En ese momento, le pedí a Dios morirme”.

El hombre estaba abusando de mí. Tocándome. Ya no podía resistir más, quería que se termine todo. En un momento, me caigo. Me patean mucho la cabeza”.

“Ahí una de las mujeres, la que menos hablaba, dijo ´bueno, ya está´. La mujer que mas hablaba me tiró con fuerza las llaves de mi casa sobre el cuerpo. Literalmente me dijo ´mamita, cerrá bien la puerta de tu casa´, hay mucha gente mala dando vueltas. Y el hombre que estaba un poco más allá, me dijo ´sí, hay muchos piqueteros´ y se rieron los tres”.

Antes de irse me dijeron ´acordate de etiquetarnos en tus redes sociales´, ahí también fue confirmar que esto era un mensaje. Porque una de las acciones que tengo yo, que es una desición política, es subir a mi red de instagram historias sobre la impunidad y la injusticia de Morales desde que inició su mandato y etiquetarlo a Gerardo Morales“.

Se fueron y yo me quedé en el piso, tuve mucho miedo de que vuelvan. Estuve 12 horas para pedir ayuda. Estaba muy asustada, no sabía si contar o no lo que me había pasado. Me sentí tan cerca de la muerte, tan ultrajada, que no sabía cómo contarlo”.

“Al día de hoy me está costando mucho. Para mí cada nota que hago es también una desición política, porque revivir lo que me pasó, los primeros pasos de la denuncia penal, del habeas corpus, son dolorosos. Fueron días tremendos”.

“El 29 presentamos un habeas corpus con abogados CEDEMS, el gremio de docentes de nivel medio. Lorena Mamai y Luis Paz. No fue nunca respondido por la Justicia.

Presentamos una denuncia penal. Me hicieron un peritaje médico. Hasta el día de hoy no me dieron el informe de ese peritaje. Hay un silencio absoluto por parte de la Justicia en Jujuy. Unos días después salí en una lista de detenidos, personas que estuvieron detenidas 48 hs por delito sedición”.

“Las que estamos en la lista de mujeres somos la mayoría artistas, quienes estamos manteniendo esta lucha y fuimos los más perseguidos, aparte de estos compañeros dirigentes barriales que fueron detenidos”.

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