Camilo Umbert nació en Resistencia, provincia del Chaco, dentro de una familia numerosa de 10 hermanos. En 1967 sus padres se trasladan a Buenos Aires, precisamente a San Miguel (B) donde cursó la escuela primaria. Las necesidades económicas hacen que Camilo entre a trabajar en una herrería artística, profesión que hasta hoy ejerce.
CAMILO- Nuestra familia se componía, además de mis padres, de 7 hermanas mujeres y 4 hombres. Inmediatamente que comencé a trabajar, le puse mucho esmero al oficio, por suerte lo aprendí muy bien y ya con 19 años me pude independizar trabajando por mi cuenta. Ya en esa ápoca elegía los trabajos y me iba relativamente bien. En 1977 entré a trabaja a Noel, cundo Noel era pujante con más de mil trabajadores, que aumentaban en las temporadas altas. Se fabricaba chocolates, caramelos, pan dulce, mermeladas, dulce de batatas… La fábrica entró en decadencia por el teje y maneje de los empresarios y se trasladó a Munrro . A los 57 años de edad me echaron porque querían que enseñara el trabajo a los nuevos contratista “ad honorem” y yo me negué. A mí me pagaban por mi trabajo y ese era otro, y no me lo remuneraban. Seguí trabajando por mi cuenta hasta que me pude jubilar.
LA VOZ DE LOS BARRIOS- ¿Cuándo comienza su militancia?
CAMILO- Yo me afilié al partido Justicialista en el año 1972. En Noel había una Mutual del personal que no beneficiaba a los empleados, dirigida por una comisión que hacía más de 30 años que estaba, entonces con los compañeros hicimos una lista nos presentamos a elecciones y ganamos por mucha diferencia. Yo fui el tesorero. A partir de allí los obreros empezaron a beneficiarse con créditos, utilizar un salón gratuitamente para fiestas que antes se pagaba, teníamos un almacén de comestibles que el empleado sacaba diariamente y pagaba después con la quincena. Hicimos un buen trabajo solidario y con amplios beneficios para los afiliados.
LA VOZ- ¿qué pasó cuándo te jubilaste?
CAMILO- Comencé a militar en un Centro de adultos en Hernandarias y Lamadrid, en el barrio de La Boca llamado “La Fe trae Esperanza”, fui su presidente. Todas las semanas, martes o miércoles siempre fuimos a la plaza frente al Congreso, por la precariedad de nuestras jubilaciones y hoy más que nunca porque tenemos un gobierno inhumano, pero necesitamos el apoyo de los jóvenes porque la lucha nuestra es más para ellos que para nosotros que ya estamos jubilados. También hacemos sentir nuestras voces cada vez que se convoca a una marcha por los derechos del pueblo trabajador.
Hace unos meses los compañeros de Patricios al Fondo decidieron crear un centro de adultos mayores y me convocaron para dirigirlo. En estos días debe salir la personería y ya nos pondremos a trabajar sobre mi experiencia en el Centro anterior.
Jamás en todos los años que he vivido he visto una situación económica como la actual, ni siquiera con la última dictadura. Este gobierno nos basurea, nos humilla, es decir para el trabajador nada, para los poderosos todo, con esto digo que el gobierno no tiene en sus planes una salida digna para el pueblo, pueblo paciente, tranquilo, que por ahora soporta….
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