Chaco o cuando el peronismo no da respuestas

Fuente: Letra P
Política

Desgaste e interna peronista, las claves de la caída de Jorge Capitanich en Chaco

El gobernador perdió presencia en los centros urbanos, se perjudicó con la división del PJ y con el corte de boleta en distritos de sus intendentes.

Por Mauricio Cantando

 

 

RESISTENCIA (Enviado) La división del peronismo, que compitió con tres fórmulas diferentes, y el atípico corte de boleta, que los intendentes que no pudieron evitar, fueron los principales motivos que explican la caída del gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, a manos de su rival radical Leandro Zdero, quien le puso fin a un reinado del PJ que se inició en 2007. También pesó el desgaste de su liderazgo en un año en el que los caudillos provinciales cayeron como fichas de dominó.

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A Capitanich no le alcanzó la campaña de cercanía, con 170 reuniones junto a vecinos y vecinas, que hasta este sábado le permitió confiar en la posibilidad de revertir el resultado de las primarias del 18 de junio, cuando había quedado por debajo de la sumatoria de votos de Juntos por el Cambio. En esta oportunidad, sumó cuatro puntos (41,72%), menos de lo que esperaba, pero no evitó que Zdero superara el 45% y ganase en primera vuelta.

 

En un eventual ballotage, Capitanich confiaba en arrebatarle los votos a los dos peronistas que lo enfrentaron y terminaron siendo sus principales verdugos: el intendente de Resistencia, Gustavo Martínez; y el exvicegobernador Juan Bacileff Ivanoff, quienes cosecharon 5% y 2% de los sufragios respectivamente. Aunque la cifra fue menor que en las primarias, sus votos fueron decisivos.

En las primarias también había competido el exgobernador Domingo Peppo, quien aceptó bajar su lista para los comicios de este domingo. «Es insólito: a nivel nacional hace años que el PJ se une y en Chaco se parte», se lamentó un peronista chaqueño, quien vio cómo Capitanich reconocía la derrota desde la sede del Partido Justicialista local, donde sólo había periodistas.

Las presiones del gobernador para que Martínez e Bacileff Ivanoff desistieran de sus candidaturas no dieron resultado, como tampoco el reto que en julio pasado le propinó a los intendentes peronistas por el abultado corte de boleta que hubo en las primarias y que, en algunos distritos, alcanzó los 14 puntos. Este domingo, según los cómputos iniciales que llegaban al bunker del PJ, los alcaldes habían vuelto a superar con creces la cosecha de votos de Capitanich en sus distritos.

El desgaste de 16 años como principal referente político de la provincia (entre 2015 y 2019 fue intendente de Resistencia) también pesó en un electorado chaqueño que no es ajeno a los síntomas de época: baja participación en las urnas y preferencia por figuras que representan un cambio de época, como Zdero, quien ganó con discurso de cambio y mística radical tradicional. En su bunker, la militancia cantó la marcha radical de punta a punta.

El aumento de la concurrencia a votar respecto a junio fue otra de las claves de la derrota peronista, pese a que Capitanich, en uno de esos análisis cargados de lógica que lo caracterizan, le había dicho a su tropa que no debían preocuparse si aumentaba la afluencia a las urnas porque entendía que entre los nuevos votantes podían estar aquellos que los intendentes no habían sabido atraer el 18 de junio.

Nada de eso pasó y, como en las primarias, en los centros urbanos volvieron a darle la espalda al peronismo. De hecho, en el Gran Resistencia (que incluye capital y otros cuatro distritos) la concurrencia creció más que la media nacional, pero benefició a la UCR que festejó haber ganado en distritos chicos tras dos décadas de derrotas. Esas victorias, aseguraban, fueron las que le permitieron a Zdero evitar el ballotage.

El gobernador tampoco se benefició con la ola nacional del candidato de la Libertad Avanza, Javier Milei, quien desconoció al aspirante que compitió con su frente electoral, Alfredo Capi Rodríguez. El libertario obtuvo poco más de 3% y el PJ imaginaba que podía escalar a 8% y restarle a Zdero.

El femicidio de Cecilia Marlene Strzyzowski, esta vez, no fue excusa para Capitanich, quien en junio se había perjudicado porque entre las siete personas detenidas estaba el dirigente piquetero Emerenciano Sena, candidato en una lista colectora oficialista. El hecho era reciente, pero en estos meses hizo los deberes: recibió a la mama de la víctima, Gloria Romero, y constituyó a la provincia como querellante en la causa.

Ninguna de sus estrategias alcanzó. El rechazo a su figura en los centros urbanos no se redujo a ese episodio, que Zdero trató de capitalizar prometiendo en la campaña que, con él como gobernador, se terminarían los piquetes. Capitanich le garantizó a su sucesor «una transición ordenada como corresponde a las instituciones democráticas». Minutos después, el radical le devolvió el gesto y prometió «dejar lo que está bien, cambiar lo que está mal y hacer lo que no se hizo». Chaco empieza una nueva etapa. Dejó de ser peronista.

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