El Club Zapiola es un club de referencia en Bernal Oeste. Tiene orden de desalojo para el próximo 15 de diciembre. ¿Que hace la política por los clubes de barrio?
Por Carlos Aira *
El Club Social y Deportivo Zapiola es una de las instituciones deportivas con más presencia en Bernal Oeste. Fundado el 12 de abril de 1987, los terrenos – un antiguo basural – fueron cedidos a los socios fundadores por la familia Caffarena. Con dedicación, el esfuerzo de los socios se materializó: transformaron el basural en un club pujante. 35 años después de su fundación, el Club Zapiola cuenta con canchas de fútbol 11 y 7. Cancha de voley y salón de usos múltiples. En sus instalaciones se practica fútbol infantil y femenino. Hay una escuela de boxeo y se dictan talleres de dibujo y clases para el Plan FINES. También presta sus instalaciones para las escuelas Nª36 y Nº45, donde asisten màs de 250 alumnos.
Pero esta historia de amor puede tener un abrupto final.
En 2003, supuestos dueños se presentaron ante la justicia – desconociendo la voluntad del antiguo propietario de las tierras – exigiendo la posesión de las mismas. El juicio, que lleva casi dos décadas, estuvo paralizado hasta qué, en 2018, el barrio impidió una orden de desalojo dispuesta por la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires.
” Tenemos una orden de desalojo para el 15 de diciembre ya que el poder judicial no está priorizando la función social que cumple este club en el barrio desde hace casi cuarenta años”, sostuvo Gabriela Figueroa, presidenta de la institución, al sitio Mundo Amateur.
Osvaldo Jara es periodista y escritor. Miembro del Movimiento Social del Deporte y autor de un libro necesario, como la Historia de la Unión de Clubes de Barrio. Jara expresó en Abrí la Cancha el conflicto de intereses que atraviesa el Club Zapiola:
“Cuando se habla del proyecto de Sociedades Anónimas Deportivas se piensa en los clubes grandes, pero en verdad los empresarios vienen por los clubes de barrio y el desarrollo inmobiliario“.
“Los socios están luchando contra la orden de desalojo emitida por la justicia. En Zapiola hay vida cultural y deportiva. Durante la pandemia se instalaron puntos solidarios. El club transformó al barrio en un sentido positivo. Hoy, el juez de primera instancia ordenó el desalojo del club”.
¿Para qué queremos la política? ¿Para que los intendentes inauguren polideportivos y playones que en muchos casos se abandonan? Los clubes de barrio son la organización libre del pueblo más extendida en nuestro pais. Desde 2014 está aprobada la Ley de Clubes de Barrio y Pueblo en la Repùblica Argentina. ¿Por qué no se pone en plena vigencia?
Osvaldo Jara señaló en Abrí la Cancha: “Uno de los grandes problemas de los clubes del conurbano profundo son los papeles. Hay clubes que crecieron en terrenos fiscales y sujetos a ser desalojados de acuerdo de la voluntad de una instancia judicial o gubernamental. El reconocimiento de los clubes es una gran deuda del Estado”.
El crecimiento inmobiliario en zonas donde años atrás era impensado que se desarrollaran viviendas de lujo cambia la ecuación. “Hay un derecho adquirido: el club funciona desde 1987 pensando en la comunidad. La documentación no puede ser un argumento para desalojar a un club que le permitió a varias generaciones de argentinos vivir una experiencia transformadora. La comunidad se organizó en búsqueda de una solución para un club que cobija a más de doscientos pibes. La política no puede permitir que todo quede en manos de la patria inmobiliaria“, señaló Jara.
Jara señaló el apoyo de la Unión de Clubes de Barrio y la presencia del Dr. Esteban Corrales, abogado de la Unión, en la asesoría del Club Zapiola.
Detrás del pedido de desalojo del Club Zapiola y la resistencia de la comunidad, la verdadera disputa: ¿Para qué queremos los clubes de barrio? ¿Para la foto del candidato o para mejorar la vida de todos? ¿Con quien cuenta el pueblo para resistir el avasallamiento de sus clubes?
Mientras tanto, el pueblo organizado resiste la continuidad del Club Zapiola.
* Periodista / Abrí la Cancha
Gentileza de Víctor Lupo