CUANDO NO SE QUIERE RECONOCER AL ENEMIGO
“Pinta a tu aldea y serás universal” dijo alguna vez león Tolstoi.
León Tolstoi
«Para identificar un interrogante nacional recurre a los hechos en tu pueblo y sabrás perfectamente de qué se trata» (HP)
El peronismo apostó a un hombre moderado y dialoguista para vencer a quien había defraudado a sus votantes. Los errores y horrores de Macri llevaron una inflación de 22% anual a 50 por ciento al año, el dólar de 11 pesos a 60 pesos y empobreció a más de la mitad de sus habitantes. Endeudó al país a extremos inconmensurables empobreciendo a la sociedad del futuro.
De esto no hay dudas.
Pero el gobierno de Alberto Fernández confundió adversarios políticos con enemigos políticos. O tal vez no los quiso reconocer como tal. Y el enemigo no perdona.
Tampoco de esto no hay dudas.
Nunca hubo tantos canales de comunicación al alcance de la mano, y nunca, en el peronismo, se registraron tantos problemas para establecer diálogos y derrumbar noticias falsas.
No hay dudas de esta premisa.
No hay virtudes en el enemigo, aunque parezca tenerlas porque son potenciadas por dirigentes peronistas domesticados por el sistema. Podemos descartar, si quieren, las consabidas honrosas excepciones, pero en su mayoría, estos políticos amansados, incrementan y le dan brillo a un enemigo, que a pesar de contar a sus espaldas con el poder real (medios de comunicación y grupos económicos concentrados) son mediocres y no tiene respuesta sociales de envergadura.
Se aceptan dudas.
Si analizás el comportamiento de los dirigentes peronistas de tu aldea, llevará irrefutablemente a comprender porque nos faltaron 11 diputados para aprobar el presupuesto.