Dos lecturas para estos días, distintas, pero hermanadas en el horror de una época, en la belleza de la militancia y en los sobrevivientes que siguen ese camino. Una historia real, la de Emiliano Guido, uno de los fundadores de H.I.J.O.S La Plata, una de las seccionales más combativas en los incómodos años 90’.
Y la otra, la imaginada por Julián López, desde la perspectiva de un nene, los años oscuros tienen un tinte de inocencia, de ternura, pero que esconde detrás todo el oscurantismo de los años de plomo.
“Guido es mi nombre”, narra desde el recuerdo, tiende puentes entre dos décadas, dos países que parecen distintos, pero no lo son.
En “Una muchacha muy bella”, un nene cuenta su amor hacia su madre, una militante política, mientras la oscuridad se cierra sobre ellos, como un puño del que no se puede escapar.