El futuro ya no es lo que era antes

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El futuro ya no es lo que era antes

Primero fue la Cumbre de la Voz del Sur Global realizada a inicios del año, le siguieron la reunión del BRICS en Sudáfrica, luego el ASEAN Group en Indonesia y finalmente el G20, en India. En todas ellas se evidenció la creciente presencia geopolítica de numerosos países que sostienen una posición de equilibrio estratégico entre EEUU y China. El llamado “Sur Global” comienza a tener un lugar destacado en las relaciones internacionales

Cumbre del G20 en India Evan Vucci/Pool via REUTERSCumbre del G20 en India Evan Vucci/Pool via REUTERS

El ascenso de India

En todas esas reuniones se destacó la personalidad de Narenda Modi, el primer ministro de la India, que comenzó a exponer una nueva doctrina para la gobernanza global; proponiendo un cambio de mentalidad, donde el progreso debe estar más centrado en el ser humano que en la primacía de la economía, dejando así en claro que la distribución equitativa es parte ineludible del crecimiento económico. Propone conceptos de la filosofía hindú, Vasudhaiva Kutumbakam, que significa “el mundo es una familia” y como tal hay que aceptar a todas ellas, más allá de fronteras, idiomas, culturas, tradiciones e ideologías. No hay buenos y malos. Solo hay diferentes, con sus propias personalidades.

El nuevo orden global en construcción está generando cambios significativos: (1) la necesidad de abandonar una visión del mundo centrada principalmente en el PBI; no concentrarse tanto en la eficiencia económica para enfocarse más en la eficacia social; (2) tomar conciencia que dependemos de la resiliencia y la fiabilidad de las cadenas de suministros, las que no deben ser tan concentradas u oligopolizadas; (3) la necesidad de impulsar el multilateralismo, lo cual implica reformar las ineficaces instituciones internacionales; (4) la necesidad de vivir en armonía con la naturaleza, racionalizando la producción y la práctica desmesurada del marketing que lleva a un consumo depredador del ambiente, creando así otro estilo de vida que permita un medio ambiente sostenible; (5) la seguridad alimentaria de los pueblos debe aislarse de todo tipo de conflicto geopolítico; (6) la tecnología es transformadora, pero debe propiciar la inclusión y ser distribuida para beneficio de todos los países; (7) el desarrollo conducido por las mujeres tiende a ser más justo y equilibrado; por ello es necesario reducir las diferencias en la participación de la fuerza laboral y propiciar un mayor papel de la mujer en el liderazgo y la toma de decisiones.

Mayor visibilización de la distribución del poder global

Un detalle que debe rescatarse de todas esas cumbres, es que, pese a las crecientes tensiones entre las potencias, no dejan de haber conversaciones y negociaciones entre ellas. El juego de alianzas flexibles adquiere una dinámica, totalmente opuesta a las épocas de la Guerra Fría, en la cual bloques cerrados jugaban al desgaste del oponente y guerreando a lo largo de las periferias.

Hoy todos los países de cierta importancia estratégica están participando en más de un foro, como los anteriormente nombrados; no dejándose encerrar en la zona de influencia exclusiva de alguna superpotencia. El equilibrio de poderes se convierte en un fenómeno dinámico, exigiendo creatividad y aportes reales para el mantenimiento de las relaciones.

La única doctrina imperante es coincidente: defender los intereses nacionales. Las amenazas son mal vistas, y en consecuencia, tienen menor efectividad. La nueva situación ha obligado a EEUU y a China a ser más proactivas en cuanto a sus propuestas con terceros para que éstas se beneficien explícitamente.

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