El Gringo Dammiano, ese inolvidable gran campeón

Deportes

 

Si hay un gran campeón de motociclismo en Junín y la región se llama Armando Dammiano, el Gringo. Innumerables campeonatos, innumerables premios, centenas de copas que coronan y representan los triunfos de la época de oro del motociclismo.

Dos grandes campeones Armando Dammiano (Izq) y el pergaminense Paco Darder (Der)

LA VOZ DE LOS BARRIOS- ¿Cómo nació ese fervor, ese fuego por el motociclismo?

ARMANDO DAMMIANO– Desde chiquito nomás, cuando mi padre que era constructor y tenía un camión llevaba al Mono Tizzani, al Chaga Quesada a todas las carreras, Alberdi, Rojas…  Ahí, bien de pibe, me vino el amor por los fierros.

Cuando tenía 11 años empecé a comprarme partes de una Legnano Capri 50cc y la empecé a armar despacito sin que supiera mi papá. Después corríamos uno con el otro por las cuadras de los barrios y un día Fufú Elías me dijo: “¿Por qué no te anotás en las carreras del club El Chingolo,  se corre dando la vuelta a la manzana?” -“Si se entera mi viejo me mata”… Pero corres con el seudónimo de El Gringo, me dijo. Y bueno, corrí.

La primera carrera venía ganando y se me cortó el cablecito del cebador y ya, a partir de la segunda carrera empecé a ganar.

Cierto día estábamos comiendo en mi casa y mi padre me dijo que le habían dicho que yo andaba con una moto rápida. Se lo negué y entonces me respondió: “A mí me dijeron, y si te llego a encontrar vas a ver lo que te pasa”. Entonces le dije la verdad y él me dice: “Bueno, si vas a correr andá, pero no andés en la calle con la moto porque es muy peligroso”.

En la carrera siguiente, se subió a su bicicleta y me fue a ver. Nunca más se perdió una carrera, era mi fans.  Gané muchísimas pruebas con el apoyo de mi papá, de Silva García y Cia., de Vino Citón, y en aquella época los premios eran premios de verdad no como ahora.

El día que me case, tenía 21 años, fui a correr a la Carrera del Sorgo en General  Villegas, mi viejo y mi suegro me llevaban la moto y yo iba en un Fiat 600 con el que después me fui de Luna de Miel a Córdoba. Cuando ya estaba todo listo se me rompió el motor, pero llegó un señor, Perez Moto, de Venado Tuerto y me dijo ahí tenés esa moto correla y se acercó el piloto diciéndome, “correla vos Gringo” y ahí nomas saque el motor, se lo puse a la mía y gané la Serie. Había una banda de motos, santafecinos, pampeanos, cordobeses. Después en el repechaje quedé muy atrás…

Cómo hago para llegar allá adelante, pensé y cuando lo veo al Comisario Deportivo que levanta la bandera salí como un cohete y no me preguntes como hice pero en la primera curva quedé segundo. Eran 30 vueltas, no como ahora que son 12 o 15 y me quedé atrás del piloto que era de Buenos Aires, hoy ya fallecido, y lo seguí toda la carrera esperando que cometa un error y recién en la última vuelta se corrió un poquito, le metí la rueda y gané la carrera. El premio era mucha plata, le di la mitad a este señor de Pérez Moto, que no la quería recibir y me quedé con la otra parte y con ese dinero me compre un Jeep  65 en el año 71’, seis modelos atrás, además de los muebles que no tenía porque me había casado apurado.

Gastón Dammiano, hijo del Gringo, fallecido en un accidente. Hoy la Escudería «Gastón Dammiano Motor Sport», lleva su nombre. 

Cuando tenía 39 años terminé campeón peleando el campeonato con Enrique Iaculo en Chivilcoy. Mi hijo corría en otra categoría y salió campeón también. Estaba acordado que cuando uno gana una categoría sube a la inmediata superior.  Entonces le dije, tomá te regalo la moto, yo no voy a correr más y no corrí más, hasta que un día Gastón se quebró la tibia y el peroné y dije voy a volver a armar la moto y voy a competir. En ese tiempo yo ya era Presidente de la Federación de Motociclismo de la Provincia de Buenos Aires. Fui a correr a Venado Tuerto, me subí a la moto, di tres vueltas me bajé y dije, ahora sí, no corro más. No estaba incentivado, ya había corrido 27 años en 50cc, 100cc y 165cc.

La época que más recuerdo fue en el circuito de la laguna de Gómez, asistían más de 10 mil personas, la mitad hinchaba para Rolando Nardi, la otra mitad para mí. Era un River- Boca…

Seguir Leyendo :
Deportes
Más Leídas