Miguel Ángel Zavala Ortíz fue electo diputado en 1948 pero fue suspendido tres años más tarde por su participación en el intento fallido de derrocar a Perón, el 28 de septiembre de 1951.
Casi cuatro después, el 16 de junio de 1955, volvió a intentarlo, como comando civil armado piloteando un avión que ametrallaba las paradas de colectivos.

  Cuando el dirigente radical sobrevolaba el centro porteño, en Plaza de Mayo auxiliaban a los heridos del desastre que había caído sobre trabajadores, transeúntes, pasajeros del transporte público. En ese momento, Zavala Ortíz dejó caer las últimas bombas sobre civiles indefensos, al mando de uno de los aviones asesinos.

Luego de exiliarse en Uruguay, volvió al país con el golpe triunfante del 16 de septiembre del ’55, e integró la Junta Consultiva de la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu e Isaac Rojas, que fusilaría a civiles y militares que se alzaron un año más tarde contra la dictadura y la proscripción del peronismo..
Zavala Ortíz nunca fue juzgado por el crimen del que fue protagonista material e intelectual. Como premio a su asesina intervención fue nombrado canciller durante el gobierno radical de Humberto Ilia. Negoció con el dicatador brasileño Castelo Branco la detención del avión en que viajaba Juan Domingo Perón en su primer intento de volver a la patria. También fue funcionario de la última Dictadura cívico-militar, como embajador en Portugal.

(Indie Politik)