Héctor Pellizzi, el autor de El travesticidio de Sheila, aborda este crimen como expresión de tantos otros, algunos situados en lugares poco conocidos, como Río Nío, Rincón, Recreo Sur, y los varios km de rutas provinciales. Así como distintos nombres de hermanas con un apellido común: por tu identidad de género morirás.
Estas primeras palabras de Alba Rueda, Activista y militante trans. Embajadora Representante Especial sobre Orientación Sexual e Identidad de Género de Argentina, fue la primera Subsecretaría de Políticas de Diversidad de la Nación, del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, nos deja un silencio apretujado en el pecho y prosigue diciendo:
El canciller y la embajadora
El travesticidio de Sheila es la expresión forcluida sobre lo que nos rodea y no miramos, la
naturalidad de las violencias, de un mundo “patriarcal y transfóbico, no?; si, un mundo de mierda” (versa un pasaje del libro). Historia que se repite en tantas de nosotras: la transfobia mata. Y lo hace en modalidades distintas, en travesticidios o transfemicidios, pero también cuando miles de travestis y trans mueren a partir de la exclusión de las instituciones que deben garantizar derechos básicos: a crecer y desarrollarte sin violencias, educación, salud, vivienda. También es la
historia resistida.
Héctor nos deja una verdad incómoda, ¿para qué calmarla, o taparla? Sí hasta que no probemos que como sociedad anidamos a travas felices que mueren de viejas, hasta que vivamos todas, hasta que reine en el pueblo el amor y la igualdad, que el registro sea incómodo.
Florencia Guimaraes García, activista travesti, escritora, fotógrafa, presidenta del Centro de Día travesti trans – La casa de Lohana y Diana – Responsable del Programa de Acceso a Derechos Travestis Trans del Centro de Justicia de la Mujer del consejo de la Magistratura CABA, manifiesta que el travesticidio de Sheila es el travesticidio de miles de travestis y mujeres trans en el mundo, es en esta historia donde se visibiliza ese término construido por nosotras para hablar de los crímenes de odio, y de las tempranas muertes evitables.
En esta historia, que es muy similar a la mía, a la de Diana Sacayán, o a la de cualquier otra travesti podemos identificar como somos arrojadas a la pobreza estructural, como se nos sitúa exclusivamente en la prostitución como casi único medio de subsistencia, como somos expulsadas
del sistema educativo, del acceso a la salud.
Fllorencia, autora de «La Roy» un libro más que recomendable
Por otro lado se aborda con mucha claridad la violencia policial por sobre nuestros cuerpos, los abusos sexuales, el pago de coimas y los días de encarcelamiento, antes bajo los códigos contravencionales…
«El travesticidio de Sheila» es una novela policial que desnuda explicitamente la hipocresía de una sociedad que consume nuestros cuerpos, que nos desea de manera clandestina, y que inclusive revela que hay hombres que se enamoran de nosotras.
Es urgente pensar colectivamente en la creación de nuevas políticas públicas y en profundizar las existentes en materia de DDHH travestis y trans, para que las niñeces y adolescencias trans transiten por vidas libres de violencias, de torturas físicas y mentales.
Héctor Pellizzi