ESTADO AUSENTE Y DESCONTROL

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Estado Ausente y Descontrol

 

 

San Telmo se convirtió en un boliche a cielo abierto

 

Los vecinos sufren diariamente por la música, el alcohol y diferentes situaciones de violencia.

 

El barrio cambio drásticamente. La decisión del gobierno de Larreta parece concreta: controlar lo menos posible y que cada comercio saque el mayor provecho de todo el espacio común. Pero esta decisión trae abusos que alteran la vida de miles de habitantes del barrio.

Si bien la emergencia sanitaria modificó muchas costumbres y, la vida al aire libre se ha vuelto esencial e incuestionable por razones sanitarias, recreativas y económicas; el espacio público se ha transformado en un bien de pocos en el casco histórico porteño.

En los últimos meses una vez que empieza la tarde, las cervecerías y varios locales gastronómicos se apoderan de las calles angostas de San Telmo. Hay quienes, a diario, ven imposibilitado el acceso al barrio y el ingreso a sus viviendas.

“Muchos vecinos se están yendo a vivir a otros lugares, es muy triste, va a quedar un casco histórico de pura cáscara; sin habitantes no hay barrio”, afirma a Tiempo Carolina, que vive sobre la calle Defensa. “No se puede caminar, el alto volumen de la música, todo esto afecta a la convivencia”, agrega Carolina. Las multitudes que a diario se concentran sobre las calles de San Telmo, sumado a la contaminación sonora, son factores que, al parecer, las autoridades no quieren solucionar.

“Nadie se opone a que trabajen los bares y cervecerías, pero esa forma de instalar mesas de formas indiscriminadas, la gente consume bebidas alcohólicas todo el tiempo en las veredas y en las puertas de las casas, y a partir de allí comienzan a llegar gente por todos lados como si fuera una autoconvocatoria sobre la zona del mercado, hay recitales espontáneos, desde las 16 hasta las 2 o 3 de la mañana”, dijo Enrique.

Por esta razón, cientos de personas que viven en el barrio se nuclearon en “Vecinos y Vecinas Autoconvocados de San Telmo”, para denunciar estos hechos, ante la falta de respuestas del gobierno de la Ciudad.

Los vecinos se juntaron para pensar creativa y críticamente el lugar donde viven y trabajan, y por eso se organizaron también con un grupo de comerciantes de la zona para elaborar unas pautas de convivencia que se llama ‘San Telmo Amable’ que es una campaña bastante innovadora de concientización, dirigida a los locales y a los visitantes.

En las calles de San Telmo se encuentran afiches pegados con consignas como “Ayudanos a vivir en un barrio amable para todos. Sin parlantes, amplificadores, ni gritos”. Esta propuesta emergió de comerciantes y habitantes de la zona del Mercado que se reunieron para construir juntos un barrio de convivencia que atienda las particularidades de la zona para regular su uso.

Como dice una de las  consignas: El negocio de algunos es el conflicto, hace unos días que algunos comerciantes de otros rubros sufren  agresiones. Les arrojaron petardos bomba en la puerta de la casa de los vecinos y les arrancaron un pasacalles donde invitában a disfrutar del barrio con respeto.

Por Roberto Brindisi

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