Furia machista empaña las marchas de «Ni una menos»

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Rocío González, de 25 años, fue asesinada de siete disparos en Saladillo (B). El principal acusado del femicidio es Renzo Eduardo Chidichimo, su compañero de trabajo.

Rocío

La joven lo había denunciado en dos ocasiones por maltratos, acoso laboral y violencia psicológica. Sin embargo, «la Justicia no actuó a tiempo» reconoció la fiscal de la localidad, Patricia Hortel.

La tía apuntó contra el sistema judicial y sostuvo que «le dio el tiempo suficiente a este hombre para que comprara el arma, tuviera la tenencia y matara a Rocío»

Chidichimo, el asesino de Rocío

Una vez más la venta de armas sin fines deportivos (no de caza) es el camino más fácil hacia el homicidio. Si la policía, como entidad, muchas veces no puede controlar el uso de armas a pesar de sus reglamentos, cuanto más una población armada al libre albedrio.

Una vez más el poder judicial da muestra de profundas negligencias que amerita un seria restructuración.

 

A 8 años de la primera movilización, colectivos feministas de todas las provincias marcharon el pasado sábado 3 de junio bajo el lema «Vivas, libres y desendeudadas nos queremos»

El movimiento feminista, «Ni una menos»,  nació en 2015 luego del femicidio de Chiara Páez -una adolescente de 14 años- en la provincia de Santa Fe.

En los últimos ocho años hubo 2.257 femicidios,  los cuales ocasionaron que más de 1.932 niños, niñas y adolescentes perdieran a sus madres.

«Se mantiene el mismo promedio: cada 30 horas una mujer es asesinada en Argentina. No es que haya más femicidios, pero se mantiene el mismo promedio, lo que habla de como estamos fallando como sociedad,  sin capacidad de extirpar los nichos patriarcales ni la furia machista, tal el caso del asesinato de Rocío en Saladillo.

 

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