Gabo Forte
Dios duerme en la piedra, el nuevo libro de Mike Wilson, narra hacía adelante. Avanza, se detiene poco, es acción pura. Palabras justas, las necesarias, para que ese andar no se detenga. Si lo hace, es apenas para descansar, como su personaje central, un pistolero certero que se mueve por ¿venganza? ¿búsqueda? No sé sabe bien, el texto no lo deja claro, es críptico, no por su escritura, si no por el aura de misterio que lo rodea como una niebla en una mañana húmeda y fría de invierno.
Mike Wilson
Hay algo religioso en ese andar del jinete. Algo misterioso en esa secta de tunicas rojas, que arrasa en nombre de un dios cabrio de dos patas. Acaso lo que siempre pasa, hacer en nombre de un dios que no nos pide tanto.
Wilson avanza con un personaje asceptico, sin mucho sentimiento en el personaje. Es, si es posible, el tiempo que pasa entre dos sucesos, uno pasado y el otro futuro, que no se narran, pero que se intuyen.
La religión de este libro, con muchos pasajes que parecen beber de esos preceptos, es la narración.