Oscar Alberto Carreras: Hablando de empresas periodísticas y periodistas

Opinión

Hablando de empresas periodísticas y periodistas

Jorge Rendo, Héctor Magnetto y José Antonio Aranda, son directivos y accionistas del Grupo Clarín. A Rendo le ubicaron en el extranjero 4,4 millones de dólares, a Magnetto y Aranda les encontraron cuentas no denunciadas en una guarida fiscal en las Islas Vírgenes Británicas en la última investigación internacional conocida como “Pandora Papers”.

A Carlos Alberto Moltini, presidente de Telecom, quien fuera durante 30 años gerente de Administración y gerente general de distintas empresas del Grupo Clarín le engancharon 5,6 millones de dólares en el extranjero.

Ese pequeño detalle no fue obstáculo para que, entre el mes de diciembre de 2020 y agosto de 2021, el Grupo Clarín embolsara 970 millones de pesos en pauta publicitaria oficial asignada por el Estado Nacional.

Tampoco fue un obstáculo el hallazgo de cuentas en el extranjero al empresario Jorge Fontevecchia, propietario del grupo económico Perfil, para que le otorgaran a los medios vinculados a su estructura económica la suma de 121 millones de pesos, además de haberle pagado su propio sueldo durante la pandemia con fondos públicos.

A Julio César y Fernán Saguier de La Nación, les comprobaron en la causa en que se investiga la fuga de capitales protagonizada durante el Gobierno de Mauricio Macri, que -en apenas unos meses- lograron fugar de nuestro país 1,4 millones y 920 mil dólares respectivamente.

Pablo Sirven y una gran cantidad de empresarios disfrazados de periodistas que integran la programación televisiva del canal del grupo, también tenían una parte del dinero en el extranjero.
(Fernando Gómez – El Grito del Sur-)

Por otra parte en las ediciones online e impresa del diario La Nación y en las revistas que edita el grupo, un alto porcentaje de trabajadores cobran salarios iguales o inferiores a la canasta básica. Otros apenas un poco por arriba.

Por eso es obsceno criticar individualmente a periodistas por lo que ganan, se los puede criticar por su accionar, por sus rastrerismos, por sus irresponsabilidades, por falsear la verdad, por no chequear las informaciones, pero nunca por los que ganan ya que la mayoría reciben de las empresas, las cuales obtienen millones del Estado y de otros negocios que la justicia debería investigar.

Con relación a los trabajadores de prensa independientes o a medios de comunicación alternativos mantienen una lucha sin igual, porque son monotributistas o pymes y reciben migajas muchas veces de los municipios y rara vez tienen posibilidad de obtener pautas provinciales o nacionales por diferentes y diversas razones.

Cuando se fundó el Sindicato de Prensa APENOBA, en la ciudad de Junín y se dedicó a encuadrar a las empresas en defensa de los trabajadores, recibió como respuesta una furibunda campaña de desprestigio que lo llevó a estar judicializado por muchos años y terminó impedido de accionar.

Muchas veces el propio trabajador de prensa no tiene conciencia de clase y es sometido por los empresarios que les venden espejitos de colores aprovechando en muchos casos debilidades ideológicas.

Pero jamás se debe denostar a un trabajador por lo que gana o deja de ganar.

En un mundo donde el capitalismo salvaje, como es el nuestro, a pesar de algunos esfuerzos de justicia social, el trabajador de prensa se debate en función de la subsistencia y la dignidad de la profesión.

En este mundo los únicos que ganan son los grupos empresariales que monopolizan el mercado, algunos periodistas VIP al servicio de intereses inconfesables y el resto de los trabajadores de prensa recibe migajas…

Oscar Alberto Carreras

Secretario General de APENOBA

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