Iron Mountain: corrupción, lavado y muerte

Fuente: Radio Gráfica
Opinión

 

Por Lucas Molinari

Hoy se cumplen nueve años del incendio de Iron Mountain. La empresa multinacional estadounidense fue fundada en 1951 tras la Segunda Guerra Mundial. En Argentina sigue funcionando a pesar de la tragedia de Barracas ocurrida un día como hoy en 2014. Diez trabajadores murieron con la caída de un paredón.  Sus familiares los siguen llorando mientras la causa judicial avanza a un ritmo que suena a impunidad.

Era el gobierno de CFK. Se había logrado un interesante trabajo de articulación desde la Unidad de Información Financiera (UIF), la Procuraduría contra el Lavado de Activos (Procelac) y la Comisión Nacional de Valores (CNV). Semanas antes del incendio, el 23 de enero del 2014, el ministro de Economía Axel Kicillof anunciaba una devaluación de 23%. El tipo de cambio oficial pasó de $6,8 a $8.

Una decisión tomada tras una corrida cambiaria que fue denunciada por el Ejecutivo, pero quedó en la nada por la inacción del Poder Judicial. El gobierno peronista señaló a Shell y la banca extranjera como responsables de la desestabilización. Cuando Macri llegó a la Casa Rosada, no casualmente, el Ceo de la petrolera (Aranguren) fue elegido ministro de Energía y en la UIF pusieron abogados vinculados al HSBC.

Kicillof declaró en ese entonces: “El tipo de cambio de 8 pesos es un nivel adecuado, pero quieren llevarnos a un dólar de 13 pesos que tendría un efecto devastador sobre la producción, el empleo y los salarios. No lo vamos a permitir”. Las presiones eran las mismas que las actuales (la Mesa de Enlace extorsionando para lograr un tipo de cambio más alto), pero el modelo priorizaba la producción por sobre la timba financiera.

Quien hoy es gobernador bonaerense dio una entrevista a Página/12 en aquel verano de 2014 y contabilizó el costo de las corridas cambiarias desde 2007: “62.000 millones de dólares de fuga”, y dio el siguiente detalle, vinculando la fuga con coyunturas claves de la “década ganada”: “Durante las presidenciales de 2007, solo en agosto, se fueron 1800 millones de dólares. En el lockout de 2008, otros 3200 millones. Luego de la nacionalización de las AFJP, 3900 millones. En las legislativas de 2009, cerca de 2800 millones de dólares. En el conflicto del Banco Central con Martín Redrado, unos 1700 millones de dólares. Y, con la reelección de Cristina, 3300 millones de dólares”.

El problema radicaba en la dependencia estructural que forjó la última dictadura militar con leyes como la de entidades financieras que sigue vigente.

Volviendo sobre Iron Mountain, en un diálogo con Gráfica en 2021, quien era titular de la UIF en 2014, José “Pepe” Sbatella recordó:

Cuando se produce el incendio, el caso más importante era el de HSBC, que aparecía con cuentas, con una plataforma de evasión que habían organizado, que había denunciado Hervé Falciani, un arrepentido empleado del propio banco, en Europa. Él tenía la posibilidad de nombrar más de mil cuentas de argentinos. En esas investigaciones, sin que hubiera una relación con Iron Mountain, el HSBC, después del incendio, empieza a responder que habían perdido los datos porque se habían quemado”.

Fragmento de la nota del domingo

ilustración Osvaldo Révora – TELAM

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