Poeta, folclorista, compositor, al que sus amigos, allegados y seguidores llamaban “El Tero”, falleció  el 20 de junio de 2016, a los 68 años, según Ismael Canaparo, “tan inesperado como injusto”.

Al Tero lo vemos, cerrando los ojos, con una guitarra, una canción y un poema, pero no solamente en lo literario, también en el vuelo a vela, en el automovilismo y en el periodismo que llegó a incursionar en un diario que se llamó Mundo Nuevo.

Las pláticas con Ghioni tenían un nivel envidiable. No eran charlas de café para pasar el tiempo, porque había enseñanza crítica de sus estudios de los grandes músicos y poetas que él admiraba, como Atahualpa Yupanqui y Alfredo Zitarrosa, entre otros..

Era un hombre preocupado por lo social y lo manifestaba en su arte. El Tero vive en sus versos, en sus libros, en sus videos, vivirá en la memoria que su amigos prometieron divulgar y ampliar a las nuevas generaciones…

OCURRE

Juan Carlos Ghioni

Ocurre que la mente se defiende

Soñando cosas bellas que no existen

Cuando el cansancio la carne no resiste

Y se relaja sobre el lecho y duerme.

Ocurre que en los sueños se dialoga

Con viejos muertos y amores que se han ido

Ausentes los colores y el olvido

Madre Natura por la vida boga.

Ocurre que te vi, de cuerpo entero

Con tu cabello largo y tu sonrisa

Feliz al sol, de nuevo tu camisa

Como contraste de un oscuro enero.

Ocurre que fue duro no tenerte

Habituarse a la falta es muy difícil,

La ausencia por estilo es cosa triste

Y esconde el parentesco con la muerte.

Ocurre que al final llegó el momento

Giró una llave y la alborada crece

La vida en su cuna, la esperanza mece

Y ahora para siempre, serás nuestro.

Poema dedicado y entregue en manos a Armando Álvarez con motivo de su salida de la cárcel durante la dictadura  cívico, militar y eclesiástica de 1976.