Del libro «La patria no se borra»
No hay condición más preciada que ser parte de mi pueblo. Honor más grande no tengo ni en mi corazón existe que verlo como resiste a quienes quieren vencerlo.
Karina Beltrán
Llena eres de gracia, Karina, y benditas tus manos de magia y colores, en un libro exultante, «La Patria no se Borra» que viene del camino primogénito de la “Patria Dibujada”, donde la historia de las imágenes olvidadas florecen y renacen como multitudes en marcha.
Tal es así, la ilustración “Los infernales”, llamados de esa manera debido al atuendo de sus ponchos rojos y el infierno que le causaban al invasor. Un cuerpo de jinetes de Salta, Tarija y Jujuy creado por el General Martín Miguel de Güemes.
Sorprende el dibujo de “El Villarino”, primer buque de guerra a vapor armado, comandado y tripulado por argentinos. Trasladó los restos de José de San Martín desde Europa hacia Buenos Aires.
La quebrada de Humahuaca, diversa y colorida, es retratada como paisaje cultural de todos los argentinos.
El rostro de Eva Perón perdido entre juguetes, rodeado de niñas y niños. Las políticas sociales de Evita, que distribuyó a partir de su Fundación, en 1948, más de dos millones y medio de juguetes y otros artículos infantiles, suscitando la alegría y la felicidad de los niño/as argentinos
“Viva el Ejército del Norte”. Se observa el atardecer turquesa del 24 de septiembre de 1812 durante la victoria de la batalla de Tucumán. Belgrano había desobedecido las órdenes del Triunvirato para retroceder hasta Córdoba y con el apoyo del pueblo tucumano detuvo la invasión realista.
“Como bandera hacia la victoria” una ilustración que revive el último discurso de Eva Perón el 17 de octubre de 1951.
El Coronel Ramón Falcón había ordenado una feroz represión el 1° de mayo de 1909, que resultó en el asesinato de 12 obreros y más de 80 heridos. El hecho quedó conocido en la historia como “La Semana Roja”. La venganza no tardó en llegar. Simón Radowitzky, un joven anarquista ucraniano, el día 14 de noviembre arrojó una bomba al carruaje de Falcón que le causó la muerte.
El fusilamiento de Dorrego se planeó en una reunión secreta. Los mentores de la conspiración fueron: Bernardino Rivadavia, los generales Lavalle, Brown, Martín Rodríguez, el ministro Díaz Vélez y Larrea. Rivadavia, Agüero, Valentín Gómez, Carril, Ocampo y el general Cruz participaron de todas las reuniones secretas. Pero fue el Juez conservador Salvador María del Carril el principal instigador, ya que la política de Dorrego, como Gobernador, era contra los monopolios y se negaba a pagar la deuda odiosa e ilegítima.
Ilustraciones del primer libro «La Patria Dibujada»