“A partir de las transformaciones que vivió la Argentina desde fines del siglo XIX y desde la implantación de la democracia de voto universal masculino en 1912, las élites comenzaron a inquietarse por lo que consideraban un orden desvirtuado y una peligrosa denigración de las jerarquías.
Roque Saénz Peña estableció el voto secreto, universal y obligatorio
En ese contexto, algunos escritores comenzaron a deleitarse con la idea de que eran las “minorías espirituales superiores” las que daban carácter a un pueblo y no las mayorías, por lo que en ellos debía recaer la dirección moral y política, de la nación.
Acto en el Luna Park en apoyo al III Reich
Y comenzaron a surgir movimientos autodenominados nacionalistas que paulatinamente fueron asumiendo un perfil ideológico y político concreto y dedicaron muchas páginas a menoscabar la cultura popular.
La descalificación comenzó a ser un argumento para deslegitimar políticamente todo lo que tuviera olor a popular.
Yrigoyen y las masas populares
La participación política de las masas generaba profundos temores y escudándose en el concepto nación comenzaron a delinear un proyecto homogeneizador, elitista y anti mayoritario.
El liberalismo argentino realmente existente fue mucho más conservador que lo que se sostenía discursivamente.
Así, apoderándose del término Patria y de sus símbolos, las élites se fueron reconvirtiendo, en contraposición a los inmigrantes y las clases subalternas nativas y comenzaron a presentarse bajo la denominación de “clase patricia”.
Banda de derecha «Dios, Patria y Hogar»
Desde que Yrigoyen asumió la presidencia, en 1916, las elites habían mostrado una creciente incomodidad con la presencia plebeya en los espacios públicos.
Es por eso que surgen las posturas culturalistas hacia la política con el argumento de los males de la Argentina, es decir de aquellos que comenzaron a instalar la idea del fracaso argentino en los imaginarios sociales y políticos del país.
Cabe recordar que en 1918 se había producido la Reforma Universitaria que rompía con los tradicionales criterios elitistas de la educación superior y en algún grado abría las aulas universitarias a sectores “plebeyos”.
Por ello, sintiéndose amenazados en todos sus ámbitos naturales, la conspiración para destituir a Yrigoyen se puso en marcha.
Llegado el momento de la acción misma, el movimiento fue esencialmente militar, aunque avalado e impulsado por un amplio espectro conformado por liberales conservadores y nacionalistas que se consideraban desplazados del poder por la democracia». (Fuente: Olga Echeverría- Conicet)
Muertos en Plaza de Mayo en 1955
La llegada de las masas peronistas a la Casa Rosada fue de carácter inaceptable por la oligarquía que decidió, en 1955, eliminarlas definitivamente con 70 toneladas de bombas arrojadas sobre la ciudad de Buenos Aires, dejando enorme cantidad de muertos y miles de heridos.
Podemos deducir de esta introducción, que los grupos que hoy llamamos neo liberales, han perdurado a través de la historia y han acentuado la herencia antidemocrática.
La irrupción de los discursos violentos, llenos de rencor y sumamente injuriosos, ha seducido a un sector minoritario que formaba parte de la derecha liberal conservadora y ha logrado que esa derecha, con tufillo fascista, sea obligada a radicalizarse hacia los oscuros caminos del nazismo.
Desde querer quemar el banco Central hasta la eliminación de los sindicatos, pasando por la supresión del peronismo y la erradicación definitiva de lo popular, se llegó a la construcción de guillotinas, horcas, ataque a la Casa Rosada, a los vehículos de funcionarios, agresiones a los políticos mayoritariamente oficialistas y al intento de magnicidio a la vice presidenta de la Nación.
Una guillotina para ejecutar a Cristina Kirchner
Todo esto, con la increíble inercia del Poder Judicial y la acción tibia del Poder Ejecutivo Nacional, se dejó avanzar a una verdadera asociación ilícita nazista que planificó y ejecutó el atentado asesino contra nada menos que la máxima figura del movimiento peronista, dos veces presidenta de la Nación y actual vice presidenta argentina.
Ataque al vehiculo de Sergio Massa
Dos hechos han pretendido ponerle freno a esta horda neo nazi: la firme y enérgica postura de Sergio Massa que evitó que el agresor de su vehículo, al ingresar a la Casa Rosada para jurar como Ministro , fuera “homenajeado” por el programa televisivo “Vivana con Vos” y el otro hecho, fue el fallido atentado a Cristina Kirchner por una banda organizada de neo nazis.
Intentaron asesinar a Cristina
Estos dos episodios lograron que se encendieran las alerta rojas que cayeron como brasas encendidas en las manos de fiscales y jueces.
Está en la justicia la alta responsabilidad de condenar a los ejecutores de intento de magnicidio y a los autores intelectuales del hecho, así como quienes financiaron a la banda de terroristas.
María Eugenia Capuchetti
Cabe destacar que la jueza María Eugenia Capuchetti ha aplicado con celeridad las herramientas que la justicia le ofrece y un fiscal y un juez federal han unificado todas las denuncias que estaban en curso, algunas “paradas”, para que la investigación sea homogénea y abarque a todos los criminosos en su conjunto.
Es de esperar que el Poder Ejecutivo, senadores y diputados de la Nación despierten de la siesta que han dormido en estos dos años y medio en lo que se refiere al resguardo de la democracia.