El 13 de febrero se cumplieron dos meses del bloqueo genocida perpetrado por Azerbaiyán contra la población de Artsaj (Nagorno Karabaj). El presidente de Artsaj, Arayik Harutyunyan, emitió un mensaje en el que explicó que las declaraciones de la comunidad internacional eran “ineficaces” ante la “intransigencia fanática” de Azerbaiyán y pidió a los países del mundo que impongan sanciones contra las autoridades de Azerbaiyán prohibiéndoles entrar a su territorio y congelando sus activos en el exterior. Asimismo, advirtió que se trataba de un “intento de limpieza étnica” que constituye un crimen de lesa humanidad, por lo que su prevención es “una obligación moral, jurídica y política vinculante para todos los signatarios de la Carta de las Naciones Unidas”.
“Desde hace dos meses, Azerbaiyán, recurriendo a acciones criminales y terroristas, mantiene bajo bloqueo a unas 120.000 personas de la República de Artsaj (Nagorno Karabaj), con el objetivo de llevar a cabo una limpieza étnica en Artsaj. Este bloqueo ilegal contradice todas las normas del derecho internacional y las obligaciones asumidas por Azerbaiyán, incluidas aquellas en el marco de la declaración tripartita del 9 de noviembre de 2020”, comenzó Harutyunyan.
“El bloqueo, basado en la política estatal de Azerbaiyán de odio racial contra los armenios, lo abarca todo: priva a 120.000 ciudadanos de Artsaj del acceso natural a alimentos, energía, atención médica y otros bienes y servicios vitales, y es, por lo tanto, un grave, ataque deliberado y masivo al derecho a la vida y otros derechos de nuestros compatriotas”, denunció el mandatario. “Desde el 20 de enero, para solucionar la aguda escasez de alimentos provocada por el bloqueo, el gobierno de Artsaj se vio obligado a restringir el acceso a los alimentos mediante la introducción de cupones: un kilo de arroz, trigo sarraceno, pasta, azúcar y aceite vegetal por persona al mes, cuyo alcance se ampliará en un futuro próximo”.
“Azerbaiyán exacerbó la crisis humanitaria en Artsaj al interrumpir el suministro de electricidad y gas en las duras condiciones invernales. Por problemas de calefacción y alimentación, todos los jardines de infancia, escuelas primarias y secundarias del país fueron cerradas, privando a cerca de 20.000 niños y adolescentes del país de la oportunidad de recibir educación. También se suspendió el trabajo de muchas empresas, dejando a miles de ciudadanos sin empleo. Se detuvo la construcción de unos 3.700 apartamentos y casas destinados a personas desplazadas por la fuerza de los territorios ocupados por Azerbaiyán, así como otras obras de construcción. Las cirugías programadas en instituciones médicas fueron canceladas, poniendo en peligro la salud y la vida de alrededor de 600 ciudadanos”, detalló Harutyunyan.