Los pueblos no se equivocan en lo que no quieren
Hay un viejo dicho que recuerdo de la época de la resistencia peronista, del “Luche y Vuelve”, que decía:”Los pueblo se pueden equivocar en lo que quieren, pero jamás se equivocan en lo que no quieren”
Y no queríamos la dictadura militar, tampoco los gobiernos ilegítimos elegidos en una democracia amañada, no queríamos los sindicalistas negociando a espaldas de los trabajadores, ni a los burócratas partidarios, ni a los lambe culos de Perón.
Seguíamos los designios de Envar el kadri, Gustavo Rearte, Felipe Valllese, Rulli y Spina entre otros, fundadores de la Juventud Peronista y que se incorporaron a la lucha de los trabajadores de las fábricas. Sabíamos lo que NO queríamos y lo supimos durante 18 años.
El 19 de noviembre más de 14 millones de ciudadanos votaron en Milei, la inmensa mayoría había votado a Alberto Fernández y una porción importante de antiperonistas se les sumó como manda el manual de los nazigorilas para alcanzar el triunfo.
Votaron sabiendo lo que no querían y no querían un gobierno tibio que no supo suplir las necesidades básicas de las familias, un gobierno compuesto por varios dirigentes que sobresalían por su mediocridad y se dedicaban a cuidar sus empleos, que componían una casta y que en las filas de esa casta caminaban los corruptos con total impunidad.
No querían no poder ir al supermercado, a la verdulería, a la carnicería. Básicamente no querían una economía con esa inflación descontrolada.
No votaron engañados como lo hizo Menem con la revolución industrial y el salariazo o como lo hizo Macri mintiendo, diciendo que todas las medidas buenas del peronismo no se iban a tocar, esta vez, Milei, les dijo crudamente lo que va a hacer en materia de salud, educación, trabajo, ciencia y medio ambiente.
Habría que ver después, si Milei cumple, cuantos estarán dispuestos a dejar la cabeza en la guillotina. Pero eso es para después, hoy están dispuestos a enfrentar cualquier sacrificio con tal de salir de la pobreza, de la agonía del “no me alcanza”, y de la incertidumbre.
Los otros 11 millones de votantes también votaron lo que no querían, y no querían las privatizaciones y la dolarización. No querían que las escuelas dejen de ser públicas y gratuita, no querían que la salud sea privada y no querían perder la soberanía de las Malvinas. Querían el desarrollo económico de la nación. No querían ir hacia un precipicio.
Unos y otros no se equivocaron en lo que NO querían.