Por María de Lourdes Hortas

Sobre la geometría de Vernaide Wanderley

Cultura

“Geometria das Pedras” es la colección de poesía de Vernaide Wanderley, desde el comienzo de su carrera hasta la actualidad. La colección se organizó en sentido inverso, es decir, desde los poemas hasta entonces inéditos, bajo el título “Cotidiano em Vários Tons”, hasta los ya publicados en los primeros libros.

 

«Geometria das Pedras», Recife, 2019

En el poema “Alumiando terra e gente”, con la que la autora abre este hermoso libro, Vernaide nos confiesa:
Con cada lectura, las palabras / saltan y cobran vida propia, / se mezclan con el movimiento/ de las sombras en el suelo / creando múltiples imágenes / que nos permiten ver / pasajes y escuchar pasos.

Este podría ser el ex-libris de la poeta paraibana, radicado hace tiempo en Recife. Desde el comienzo de su obra, nos revela sus hogueras y lluvias, sus mares y desiertos, sus llamas y cenizas – elementos de vida, que palpita, intensamente, en su escritura, páginas que merecen ciertamente ser incluidas en los cánones de la mejor literatura brasileña.

La geometría de Vernaide Wanderley -ese espacio de piedras que pavimentan los caminos de su universo- es, en verdad, la geografía donde transcurre su vida.

Había ternura en las piedras
mapa que aún encanta y atiza
me quedo en negativo y más que eso
Soy vorágine de una tierra matrera
desvergonzado sertão y sus espinas
para esculpir estacas en la memoria
y tomar mi inspiración por asalto.

 

Sin embargo, la poesía de VW no es meramente subjetiva o catártica. Es una poeta -poetiza, si se prefiere- que no solo se preocupa por los colores de sus sentimientos personales, sino que se enfoca en todos los matices del mundo que la rodea. Hay en ella una fuerte preocupación social, como podemos ver en estos versos:

Hay un aliento jadeante
en nuestro país
de frutos sangrantes
sobre la tierra curtida,
hay un pueblo entrelazado
mestizo mixto
abundancia y hambre.
Todos evitan confesarse
gritos y traqueteos
del país que quiere destellos,
fantasías suntuosas y sumarias
Purpurina y brillo ecológico
negros mulatos blancos
Terciopelo cercano al satén
Perturbando turistas.

(in Encastelado tiempo de folia)

Como sabemos, y ya se ha dicho hasta el cansancio, el que ve su mundo, ve el mundo entero. Por eso, Vernaide, al escribir sobre sus raíces y su gente, alcanza lo universal, pudiendo su canto resonar en África, en el desierto, en cualquier latitud donde se encuentre el ser humano.
Así, si la metáfora de las piedras se desentierra de las laderas del campo, de los adoquines de la ciudad, de los arrecifes de las playas de Pernambuco y Paraíba, es también la piedra Drumonniana, las piedras en láminas de sal y dolor que hieren su corazón ancho y solidario.

Donde se enamoraron
las cuatro cuerdas
del cavaquinho en el
rincón de tu pecho
donde la el pueblo adormecía (…)
¿Quién tomó la mandolina?
De cuatro cuerdas,
estrofas y estribillos
de tu Himno,
las muchas estrellas de la Bandera (…)

(Del poema Meu país no responde)

 

Al presentar su primer libro, (Tatuagem, ed. Pirata, 1980), el poeta Alberto da Cunha Melo afirma: «Vernaide escribe una poesía más fisiológica que cerebral, más un grito de instinto reprimido que una catarsis racional».
Pero, en este primer libro, Vernaide ya deja entrever su preocupación por su pueblo.

¿Serán muchos a la mesa del banquete?
los diez por ciento sentados
Rumian los noventa
Que hacen telón de fondo

(Ceremonia religiosa)

 

Le siguió, en 1992, la “Rota dos Inocentes” (Fundaçión de Cultura Ciudad de Recife). Al respecto, (Revista Poesía, Año 2, n.3, 1994), nos dice la escritora Rosa Kapila: “Vernaide Wanderley navega con palabras breves/inocentes/lúcidas. Pone su corazón en sus ojos y trata de varias maneras de encontrar claridad en el letargo del sueño. Nos muestra hogueras de recuerdos y en determinados momentos nos acordamos de una Emily Dickinson o de una Florbela Espanca (…)»

Ahora bien, en este conjunto de nuevos poemas, escritos entre 2017/2019, nos encontramos ante una poesía madura y refinada, con una voz muy personal, a veces feroz, otras veces fogosa, que alcanza momentos espantosamente hermosos:

Tu llegada es un abrazo
lleno de diciembres
aportando en las lluvias de cajú.
Tu llegada es sertão
de junios y represas sangrantes
la caatinga es verde. Tu llegada es agosto
y abre las aves
sangrando las lajas.
Tu llegada es un galope
brazada de sol
y estrella preñada
plena de madrugada,

A mi entender, la poesía no se hace sólo con palabras. También se hace con sentimientos y emociones. Sin estos componentes, no llegará a un público más amplio, restringiéndose al campo del frío experimentalismo. Por lo tanto, la geometría de VW se entreteje con ternura y vida. Si bien construye el poema como un poeta que conoce su oficio, sus piedras son bloques emocionales, que se superponen entre sí, en un denso mosaico de experiencias.

Reabastecí, Señora,
Tazones partidos
arroyos secándose
para que en las ciudades
brotes de belleza
paz de canciones
y sabor a maíz verde.

Encerrando lo inédito, Vernaide Wanderley reúne “Lembranças de Gaveta”, textos híbridos, en prosa y poesía, que traen a la ficcionista, autora del romance “Las raíces que invadieron la casa”. Así, estos cortes finales, narraciones a dos voces, son páginas de gran intensidad, donde su autora nos confiesa:

(…) Con la literatura aprendiera a transponer las ausencias, encender placeres en las visitas y hacer que el amor comience, sin miedo, para cautivar a los astros y no repetir esperas inútiles.
Y, en otro texto, confiesa:

Observadora persistente, se escondió en la barandallena de plantas para vigilar la noche. Las horas galopaban a otro día, mientras la luz del barrio se volvía libidinosa por las grietas de los muros y pintaba la calle con letras indecentes (…).

 

Concluyendo el texto, llega la voz de la poeta:

(…) La soledad y la miseria son compañeras.
Connivencia de brazos entrelazados,
tren inhumano y corriente.

En resumen: sea en prosa o en poesía, Vernaide no puede sustraerse a su destino: el de poeta, cuyas raíces son las de una mujer cuyas palabras muchas veces se convierten en emisarias de la voz de tantas mujeres, que no podemos gritar sus dolores y rebeldías. Pero mereció la pena añadir a su obra, una palabra atenta al clamor femenino de todas aquellas que, a pesar de todos los movimientos y panfletos del siglo XX y XXI, siguen buscando la emancipación y la igualdad. Para concluir, dejo un extracto del poema “Morte ao cafetão” , que la autora dedica a las mujeres sin voz .

(…) Laura es ofertorio y súplica,
Puta -niña de rios y puñales
senos que se vuelven más adolescentes
a cada frase y perforan
su alma y la de la ciudad
– Carga indefendible de días comunes.

El ida y vuelta de las medias nacaradas
cálmate, se oye el grito sobre las ligas
sobre códigos, sobre vestidos vaporosos
y el crujido oxidado de las rejas.

*(Extraído del libro «En el backstage de la poesía» / Presentación del libro «Geometria das pedras», Recife, 2019)

María de Lourdes Hortas

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