Comuna 4

Sobre la historia del barrio de Barracas

Historia

Este barrio debe su nombre a las antiguas barracas que comenzaron a construirse a fines del siglo XVIII en la orilla izquierda del Riachuelo. … Algunos historiadores sostienen que las barracas era el primer lugar en donde desembarcaban los esclavos negros llegados al Río de la Plata.

Según cuenta Horacio Puccia en su libro «Barracas en la Historia y en la Tradición», en algunos planos de Buenos Aires, del siglo XVIII, una lonja de terreno ubicada entre el Parque Lezama y la parte del Riachuelo correspondiente a la Vuelta de Rocha, figuraba con la siguiente inscripción “Las barracas y tierras de doña María Burzaco

 

Esas barracas «eran construcciones precarias para almacenar cueros y otros productos del país que debían embarcarse en el Riachuelo, o recibir las mercaderías que llegaban del exterior. Según los Acuerdos del Extinguido Cabildo de Buenos Aires, Barracas se convirtió en Partido a principios del siglo XIX.

 

Don Juan Manuel de Collantes, fue nombrado en diciembre de 1805 comisionado del Superior Gobierno de Barracas y sus inmediaciones. El 1º de enero de 1814 fue nombrado alcalde de la hermandad en Barracas, Don Carlos Aldaz.

El 3 de diciembre de 1847, se crea oficialmente el Barrio porteño de “Barracas”, pero su historia se inició en tiempos de las colonias hispanas, cuando se pobló con familias laboriosas, patriotas, creyentes y nobles.

El 30 de agosto de 1853 fue creado el Juzgado de Paz de Barracas al Norte, siendo nombrado como Juez de Paz el Dr. Juan Milberg. (María del Socorro Ricaldoni)

Guillermo Brown

Aquí vivieron el alcalde Martín de Álazaga, el almirante Guillermo Brown, el general Manuel Hornos y el general Daniel Cerri. Barracas, un barrio donde el silbato de sus fábricas llamaba al trabajo y donde el olor a galletitas recibía a los visitantes que ingresaban por la avenida Montes de Oca.

Si bien hoy las alas del Águila escoltan a un gran shopping de materiales en las calles Suárez y Herrera, los viejos vecinos no olvidan el olor a chocolate que invadía el barrio cada día, cuando la fábrica abría sus puertas. También el amor se dio cita aquí, con Amalia, la hija del Almirante Brown y con Felicitas Álzaga.

Iglesia Santa Felicitas

Hoy una autopista, gigante de cemento que la divide en dos, nos permite identificar el barrio Barracas de las casitas del ferrocarril con jardines cargados de malvones y el barrio Barracas de la avenida Montes de Oca, sembrado de departamentos y negocios.

Av. Montes de Oca 

 

La industria automotriz en Barracas

Los directivos de Ellis Hampton Watson se vinieron desde Rosario (donde funcionaba la concesionaria de General Motor) en mayo de 1923 y alquilaron al señor Travella una barraca de lanas en Garay y Huergo.

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El edificio reunía las condiciones necesarias, con una superficie que ocupaba un cuarto de manzana con planta baja y un piso.

El calculo era fácil; armando un porcentaje de los autos en Buenos Aires, las ventas de Chevrolet aumentarían por la reducción del precio que permitía el ahorro en fletes. Inmediatamente se encargaron de armar una línea de montaje.

Ni lerda ni perezosa, la omnipotente General Motors (USA) organiza en Buenos Aires la GM Export Co. que como primera medida le compró el contrato a Ellis Watson y acto seguido la nueva empresa comienza a armar, en Noviembre de 1924, automóviles Chevrolet en aquella antigua barraca de lana.

Primera línea de producción Chevrolet en Barracas de donde salen armados los «Campeón»

 

Las letras hablan de Barracas

Viejo café de Barracas,
turbios recuerdos de entonces,
que allá por el año once
tenía entreveros de facas…
Hoy has cambiado tu pinta,
todo es nostalgia y neblina,
ya no es muchachos de esquina
la del Café El Pasatiempo,
cuando tocaba en sus tiempos
el Tigre del Bandoneón…

“Café de Barracas” (de Enrique Cadícamo)

Una calle en Barracas al Sur,
una noche de verano,
cuando el cielo es más azul
y más dulzón el canto del barco italiano…

Silbando” (de José González Castillo)

Bailarín compadrito,
que floreaste tu corte primero,
en el viejo bailongo orillero
de Barracas al Sur…

Bailarín compadrito” (de Miguel Bucino)

(ver “Barrios, calles y plazas de la Ciudad de Buenos Aires” editado por el Instituto Histórico de la ciudad de Buenos Aires).

Recopilación: «La 4»

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