Soldados del general de brigada Juan Ramón Mabragaña murieron de hambre en Malvinas
La pena prevista en el artículo 750 del código de justicia militar: será condenado a muerte o a reclusión por tiempo indeterminado el militar encargado de una plaza, puesto o tropa, que contando con medios de defensa se adhiere a la capitulación estipulada por otro militar con el enemigo extranjero aunque dependa de aquel y haya recibido sus órdenes al respecto.
El General de brigada Juan Ramón Mabragaña, fue en Malvinas jefe de regimiento de infantería 5, la imputación para este militar dentro del informe Rattembach se ve fortalecida en la actualidad cuando soldados correntinos que se desempeñaron en Puerto Howard cuentan la muerte de soldados por hambre, dentro de una denuncia que presentaron en un Juzgado Federal de Tierra del Fuego.
“Alrededor del caserío se armó todo un sistema de defensa. Estábamos todos ahí, salvo el caso de Martíns, a un grupo lo llevaron aproximadamente a 10 km de donde estábamos nosotros. A raíz de ello se, porque tomamos contacto que fueron los que más sufrieron con respecto al hambre, ellos estaban totalmente aislado, no tenían nada, nada, nada. Los oficiales tenían un contacto sumamente directo con los soldados. Si no estaban ellos estaban los suboficiales”, cuenta Juan Andrés Cáseres, en su testimonio.
“Remigio Fernandez murió, murió de desnutrición, por supuesto… El falleció en la trinchera. En la misma trinchera, arrolladito. Yo no lo vi, eso es lo que contaron. Hay compañeros que me cuentan que ellos se encargaron de sacarlo y enterrarlo ahí. En el mismo terreno… El otro que me enteré que murió fue Quintana, no me acuerdo el nombre, murió por desnutrición. Yo tengo entendido que murió en el continente o en el hospital, pero ahí en el lugar no murió, lo alcanzaron a llevar. Había ovejas pero teníamos terminantemente prohibido matarlas. Manifestó en su testimonio Isaac Debórtoli.
“Había gente, compañeros, por ejemplo Remigio Fernández, de San Miguel, del interior de Corrientes, murió en la misma posición. Ya era un chico muy flaco, era tan flaco que nosotros le decíamos churrasco de víbora, porque era extremadamente delgado y tal vez habrá tenido algunas complicaciones de parásitos o alguna complicación renal o vaya a saber qué. Era muy flaco y no estaba apto para hacer el servicio militar. Este muchacho fue el primero que murió en la posición, la desnutrición le hizo más estragos que la que podía haber tenido naturalmente. Él murió en la posición, en el lugar de guardia y lo retiraron un grupo de comandos que andaban dando vuelta por ahí. Después me enteré con el correr de los tiempos, en el año 2006, por un oficial de comandos que vino acá, a mi casa, que estaba en Howard, que lo pusieron en una bolsa negra y lo enterraron ahí, en el mismo lugar. Esa fue la primera baja. Otro compañero, Quintana, también… Pedí primero que lo bajen a Quintana porque estaba muy mal, estaba muy delgado, extremamente delgado y lo bajaron y por el camino murió.
El caso de Remigio Fernández antes de de morir me llegó con una cáscara de zapallo y me dijo: “Delgado, vamos hervir esta cáscara para comer…” Declaró en su testimonio Jorge Antonio Delgado.
“…A Remigio lo encontramos muerto ahí en la carpa. Se lo enrolló en una manta y se lo enterró al lado de la carpa nomás. No se podía hacer el pozo muy hondo porque salía agua. Entonces se le hizo un pozo de medio metro y se lo enterró con la manta”, así testimonió Juan de la Cruz Martins.
Al mes del combate el 90% del regimiento estaba con un alto grado de desnutrición, incluso mi compañía tuvo deceso por desnutrición, fue un soldado. Comíamos muy mal. Fíjese que yo siempre fui una persona de unos 70 kilos y cuando regresamos a Puerto Madryn pesaba 52 kg y medio, imagínese. Estábamos desnutridos y la mayoría con problemas psicológicos. Yo, por ejemplo, fui internado en Campo de Mayo por congelamiento de ambas piernas y brazos. Estuve dos meses un campo de Mayo y para rehabilitación total me pasaron a un hospital que está al lado y que se llama El Cali. Fueron tres meses en total”. Manifestó en su testimonio Marcos Omar Ojeda.
Al general de brigada Juan Ramón Mabragaña el informe Rattembachle lo imputa de ser responsable de adherir a la capitulación por cuanto se hallaba directamente comprometido en la lucha en la isla Soledad.
Es responsable del relevamiento del teniente primero Miguel Ángel Megías que estaba asando dos corderos adquiridos para suplir el déficit de raciones entregadas. La orden la dio el general Parada que llegó imprevistamente al campamento. Megías fue embarcado en un avión Hercules hacia el continente.
Gustavo Pirich, combatiente de Malvinas, profesor, escritor
Mabraña, fue también imputado en el asesinato de 19 militantes opositores a la dictadura militar. Pese a sus antecedentes durante el régimen genocida que inició Videla y su actuación en Malvinas que podían haberle hecho acreedor de la pena de muerte, según la responsabilidad que se le atribuye en el Capítulo XII, párrafo 837, inciso b., encuadrado en el artículo 750 del Código de Justicia Militar, percibía a la fecha de la publicación del libro “Hojas de Rutas”, del soldado combatiente de Malvinas Gustavo Pirich en abril de 2012, el beneficio de la pensión honorífica N° 43-0-0003106-0 que le otorgó el Estado Nacional hasta su fallecimiento.
En Villaguay, Entre Ríos, se erigió un busto de busto de Mabraña, apodado de mala entraña, con motivo de los 40 años de la guerra de Malvinas y desvirtuando la verdadera historia. Una de las tantas facetas de la desmalvinización.
Nota de redacción: Héctor Pellizzi. Fuente: Hojas de Ruta, de Gustavo Pirich,(2012)

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