Con un importante número de personas y con la participación de alumnos de 4to. 5to y 6to año del colegio secundario Padre Respuela, se inició la ceremonia de colocación de una baldosa recordando y homenajeando a Ariel Nelson De Siervo, primer director de la mencionada institución, apresado y detenido clandestinamente el 24 de enero de 1977 y a la postre testigo sobreviviente de la última dictadura cívico-militar.
Además, la baldosa hace mención en memoria de Adrián Romié, alumno del ciclo primario de dicho colegio, quien fuera secuestrado el 17 de diciembre de 1976, y posteriormente asesinado. Su cuerpo aún continúa desaparecido.
Colocación de la baldosa
Matilde Romié, tía de Adrián y Verónica De Siervo, hija de Ariel, participaron de la ceremonia colocando la baldosa junto a familiares de detenidos desaparecidos, también de la última violación a la Constitución Nacional.
Oscar Farías, Cátedra de Memoria y DDHH
Hicieron uso de la palabra, Oscar Farias, en carácter de director de la Cátedra Memoria y DDDHH de la UNNOBA, cuya organización fue realizada en conjunto con el profesor Juan José Molina, el director del colegio Sebastián Longinotti, la representante legal, María Rosa Salvador y los alumnos de 6to año, quienes en el momento de la colocación de la baldosa entonaron una canción de Sui Géneris.
Sebastián Longinotti, director del colegio
Los chicos y chicas de 1° año adornaron la baldosa con flores hechas por sus propias manos.
El poeta y plástico Ruben Liggera, profesor y sobreviviente de la última dictadura leyó un conmovedor poema.
Todos fueron unánimes en resaltar que tanto Ariel como Adrián «volvieron a casa»
Alumnos de 4to. 5to y 6to año del colegio secundario Padre Respuela.
Militantes de DDHH
Oscar Farias junto a Verónica De Siervo
Olga y Gladys Prieto junto al dirigente Héctor Azil
Un fragmento de Balada del eterno caminante (Libro del otro siglo, 2021), en honor a Ariel de Siervo, poque considero que él amaba a la patria-un sentimiento devaluado hoy en día- tanto como nosotros.
Ruben Liggera
Miro. (a la Patria)
Yo te veo hermosa, monstruosamente bella, vestida
con harapos de seda.
Seductora y fatal como en los tangos.
Aunque tus manos sangren
y de tus pechos mane leche áspera.
Y es infinitamente fugaz misericordioso el beso
que me dejas al pasar dulce:
luego belfos inmundos caballos enloquecidos
horadan parques incendian adoquines
atropellan a las multitudes
gritás te sentís impotente y humillado
y el filo de los sables en alto serán largos rabiosos
lacerantes
relámpagos de fuego
sobre aquella carne nueva:
apenas trébol frágiles gaviotas huesos
huesos recogidos al tiempo en costas desoladas
pero tienen ahora mirá algas negras
en los ojos ahuecados alitas rotas
en ardientes mortajas de sílice
bajo el sol
en esa playa
y en oscuras catacumbas
y en fosas verticales
son fértiles sudarios
falanges disecadas
metatarsos dislocados
descarnados despojos
miserables desconsolados
no lágrima sí melancólicos cipreses
no fresias no azucenas nunca
treinta mil ramitos primaverales
sobre urna, hierba o mármol
estrella o cruz
ángeles presentes ausentes
ay, Zurita hermano: están muertos”.
Están muertos muertos
y entonces, solo, en un rincón,
estoy llorando.»