El bumerán político decapitó a la Cámpora y a Unidad Ciudadana
Carlos Garbe y Gustavo Traverso
La política tiene sus idas y sus vueltas, sobre todo su vueltas. En 2017, la lista justicialista “Lealtad” que encabezaba el Ingeniero Carlos Vozzi, fue impedida de participar.
“Nos hacían cosas increíbles, nos obligaban a ir con boleta corta, nos llamaban de La Plata diciendo que teníamos que entregar tal cosa a las 10 de la mañana, y eran la 8 y claro, no llegábamos. En fin, nos proscribieron, una lástima, porque nosotros queríamos ir a una interna sana entre compañeros…” manifestaba un ex integrante de la lista censurada.
Andrés Merani y Clara Bozzano
Hoy, nuevamente la centralidad en busca de una síntesis, hizo que las pre candidaturas de Carlos Garbe y de Clara Bozzano, sean decapitadas. Tanto La Cámpora como Unidad Ciudadana sufrieron el poder de esa centralidad política, al igual que Carlos Vozzi,
Pre candidato, en 2017, Carlos Vozzi, Espinoza, Intendente de la Matanza y el ex presidente del PJ «Pucho» Aguilar
La renuncia de Andrés Merani, según los trascendido, a la presidencia del Partido Justicialista, al PAMI y su decisión de abandonar la ciudad y por ende corriéndose de la orga camporista, recuerda los pasos de Rocío Giacone, que terminó en la huestes de Florencio Randazo lejos del kirchnerismo.
Según José Natanson, «el riesgo era que los jóvenes kirchneristas, súbitamente catapultados a posiciones de poder, resignaran cualquier espíritu de cambio para quedar inmersos en la letanía burocrática.
El peligro no pasaba tanto por el desafío a la conducción, como sucedió con los Montoneros y Perón en los 70, sino por un camino más gris, como el que había recorrido la Coordinadora alfonsinista, que también había nacido como el corazón militante de un movimiento progresista liderado por un Presidente audaz para transformarse, años después, en una colección de canosas promesas incumplidas.
El riesgo de los jóvenes kirchneristas no es la expulsión de la Plaza, sino el ensimismamiento institucional, el achatamiento de sus pulsiones transformadoras y el encasillamiento burocrático; en suma, la imposibilidad de trascender al líder», concluyó Natanson.
En fin, el peronismo en Junín vive una crisis de dirigentes y se debate entre los vericuetos del accionar de los burócratas.
Desde LA VOZ DE LOS BARRIOS se había advertido, en varias oportunidades, como la burocracia partidaria desgasta al movimiento justicialista, como las ambiciones personales perjudican las construcciones políticas ideológicas, y como se retrocede en la educación política del militante.
Lo de Merani, al parecer, es la crónica de una muerte anunciada…