¿Grabois representa al peronismo maldito?

Opinión

¿Grabois representa al peronismo maldito? Una buena pregunta después de leer una materia periodista firmada por Gustavo Pisani en página 12.

Después de la turbulenta unidad en Unidos por la Patria, la figura de Juan Grabios toma connotaciones sorprendentes, ya que la fórmula Massa – Rossi rondaría en el 33% en  intenciones de votos, según algunas encuestadoras, pero si se le suma el 5% que consultoras de renombre le dan a Grabois, Unidos por la Patria estaría a dos puntos de ganar las elecciones generales sin necesidad de segunda vuelta o ballotage,

Pero esto es otra discusión, analicemos, ahora, lo que Gustavo Pisani tiene para decir de Juan Grabois:

Grabois dice representar a “los Peores”, a la mitad peligrosa, la parte maldita de la sociedad, a la sociedad del Mal: los sujetos excluidos del mercado laboral y que están estigmatizados (el concepto es de Erving Goffman) socialmente como “vagos”, “planeros”, “buscas”, “chorros”, “drogadictos”, “ocupas”, “piqueteros”, etc., representaciones negativas que la sociedad del Bien ha hecho de los Otros. Así, por ejemplo, dice Grabois, la figura del “desocupado” es una figura confusa, una “confusión conceptual” antes que una categoría sociológica, ya que se confunde en ella desocupación con desempleo, trabajo con trabajo asalariado y registrado: “Todos los “desocupados” se ocupan de algo. Todos trabajan (…) Trabajo tienen, lo que no tienen son derechos”. 

Grabois, con Paula Abal Medina, compañera de fórmula y sobrina del militante peronista que participó en el ajusticiamiento del dictador Aramburu

Luego, detrás de esa figura, hay todo un conjunto de sujetos que no cuentan con un trabajo formal: “cartoneros”, “trapitos”, “manteros”, “vendedores ambulantes”, “quinteros”, trabajadoras sexuales, costureras, campesinos indígenas, etc. O también, por ejemplo, la figura del “ocupa”, en la que no se distingue jurídicamente la ocupación de la usurpación, condenando además las pequeñas tomas de tierras baldías pero no las grandes tomas de tierra que dieron origen a la estructura de la gran propiedad en nuestro país.

Grabois, refutando las falsas acusaciones de políticos y periodistas, nos da a conocer su plan: “Nosotros, Los Peores,  para nuestra propia extinción (…) Tenemos un proyecto de sociedad”. Plan o proyecto que, más allá de mejorar las condiciones de vida de los excluidos, de la lucha por el reconocimiento de sus derechos sociales (derecho al trabajo, a la vivienda, a la tierra, a la salud, a la educación, etc.), presupone también la agrupación, organización y encuadre de los excluidos en “movimientos populares” bajo la conducción estratégica de Grabois para poder llegar a la sociedad prometida, al Estado de Bienestar, “…transformando el Estado impotente en un Estado planificador que implemente Programas de Buen Gobierno para el Desarrollo Humano”. 

Lo que, en términos más precisos, podríamos describir como un programa de sindicalismo y cooperativismo estatizados (con la CGT como centro) y un modelo económico keynesiano. Con lo que Los Peores, más allá del esquematismo, del lenguaje alegórico y del exceso autorreferencial en el que representante y representados se confunden en una sola identidad protagónica, representa un regreso al primer Perón, al Perón de los sindicatos y la Secretaría de Trabajo, y vuelve a traer a la escena política al peronismo maldito, al “peronismo como hecho maldito y la imagen de una “nueva sociedad”. Lo que no significa una revolución, ya que, excepto la reforma agraria, no se trata de transformar la estructura social, si bien no puede saberse hasta dónde pueden llegar las reivindicaciones populares. En una palabra, puede decirse que Juan Grabois es a la Argentina de 2023 lo que Juan Perón fue a la Argentina de 1943, con la complejidad ideológico-política que eso significa.

 

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