El pueblo con alegría, pero con preocupación, compareció a Plaza de Mayo

Política

Históricamente las concentraciones peronistas se caracterizan por su alegría, aún en épocas no tan propicias como sucedió el 1° de mayo de 1974, cundo las eufóricas columnas de la gloriosa JP copó la diagonal que desemboca en la Catedral, con sus ya marcadas diferencias. «los Leales» que impulsaban un proceso de revolución política y el «Peronismo revolucionario», que insistían con la guerra popular prolongada.

Además esa tarde, la juventud sindical junto a los gremios organizados de trabajadores, todavía consternados por el asesinato de José Ignacio Rucci, Secretario General de la CGT y mano derecha de Perón, comparecieron en masa frente al balcón de la casa Rosada. Aún, con divisiones irreconciliables, el clima era de fiesta. Empañado más tarde, por el retiro de importantes columnas juveniles en desacuerdo con el cuerpo ministerial del gobierno.

Otro de los momentos tensos que le tocó al pueblo manifestarse en multitud, fue el conflicto con el mal llamado «campo», donde Cristina enfrentó a la oligarquía terrateniente y a las corporaciones exportadoras. Sin embargo también el clima siempre fue festivo.

Hoy, 2 de septiembre, ante el asombro y estupor de la ciudadanía  por el intento de asesinato, nada menos que, a la Vice Presidenta de la República, el campo nacional y popular compareció multiudinariamente.

A los miles y miles de militantes de las organizaciones sociales y políticas, se engrosaron familias enteras, agrupaciones y sindicatos en un clima festivos a pesar de la preocupación por el atentado que consternó al pueblo argentino.

La alegría peronista se hizo presente como lo destaca su historia. Ancianos y niños, madres con bebés y mujeres emponderadas, fueron a demostrar apoyo incondicional a Cristina Kirchner.

 

La democracia está en juego y hay que mostrarse con firmeza, con aptitud y con pasión en defensa de los más preciados valores de la libertad y la igualdad.

El ataque mafioso que sufrió la ex mandataria fue repudiado por todos los que comparecieron a la Plaza, con preocupación pero también con alegría de saber que Cristina sigue viva entre el pueblo argentino.

El pueblo peronista viene sufriendo ataques de odio desde hace años, desde toda la vida se podría decir, pero los alegatos de los fiscales tratando de forzar una asociación ilícita, colmaron el vaso y el peronismo salió en masa a defender los ataque injuriosos y las pretenciones de proscribirla.

Las agresiones por parte del gobierno de la Ciudad, de las personas que militan para sus patrones políticos en los medios de comunicación y el vil atentado de asesinato, redobló la movilización y el estado de alerta.

Hoy Cristina es un símbolo de unión en el Frente de Todos que no se vislumbraba pocos meses atrás. La fuerza del pueblo movilizado dejó en «orsay» a muchos dirigentes y la lleva definitivamente como bandera de lucha, como su única esperanza, demostrándole amor, cariño y la confianza indispensable para que «haya 2023».

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