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LAS JUBILACIONES ATRAVÉS DE LA HISTORIA

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LAS JUBILACIONES ATRAVÉS DE LA HISTORIA

 

 

 

Un primer rasgo que surge de la experiencia histórica es que en la mayor parte de los experimentos previsionales puestos en marcha en seis décadas no se trabajó sobre un plan estratégico de las mejores experiencias internacionales en la materia y cuando se lo hizo fue para copiar sistemas condenados al fracaso.

 

 

Durante el primer gobierno peronista se extienden masivamente las jubilaciones pasando en pocos años de 400.000 beneficiarios a 2,5 millones, adoptándose en 1954 la forma del sistema de reparto.

En 1958 se vota la ley del 82 por ciento que otorgaba ese porcentual sobre el mejor sueldo de la historia laboral del jubilado, sin percibir que ese gran beneficio, sin antecedentes, no era sustentable por la cantidad de nuevos pasivos que se venían incrementando.

Pocos años después el 82 por ciento se baja al 70 por ciento, ya no se toma el mejor salario de referencia.

Durante el gobierno de Juan Carlos Onganía continúa la crisis, en 1969 se centralizan el conjunto de Cajas en tres: Autónomos, Estado e Industria y Comercio, se eleva la edad jubilatoria, se incrementan los años de contribuciones. Los salarios medios y bajos pierden un 7 por ciento de su valor real.

En 1975-1976 un gran brote inflacionario hace caer el valor real de los beneficios en un 45 por ciento, y se congelan salarios y jubilaciones.

En 1980 la dictadura militar elimina las contribuciones patronales que son reemplazadas por una extensión del IVA y se incrementa la informalidad laboral y la evasión impositiva.

 

El gobierno de Raúl Alfonsín hereda una situación delicada. Tuvo que restablecer los aportes patronales, se transfieren parte de los recursos de las asignaciones familiares, se crean nuevos impuestos sobre gas, electricidad y teléfonos. No obstante estas medidas defensivas, la crisis económica determina que entre 1983-1987 los haberes medios retroceden un 36 por ciento más un 21 por ciento adicional entre 1987-1989.

La década del ’90 es escenario de un cambio trascendente que termina en un salto al vacío: la privatización del sistema previsional agudiza los problemas que venía a resolver. Baste decir que de haber continuado, hoy los haberes serían menos de la mitad de las actuales y con 2,5 millones menos de argentinos jubilados.

Quizás la mejor experiencia en materia previsional de estas seis décadas -aún con sus errores y omisiones- haya sido la comenzada con la renacionalización del sistema y la ley de movilidad en el periodo peronista- kirchnerista. 

 

Como balance valioso de este período quedan la universalidad del beneficio jubilatorio, el aumento automático de los haberes atados a los salarios de los trabajadores en actividad -que estuvieron todos los años por encima de la inflación-, haber garantizado el haber mínimo más alto de la región muy cercano al 82 por ciento y un porcentual promedio del 77 por ciento para los que se jubilaban con más de treinta años de aportes.


Y quizás, tan valioso como lo antedicho la estabilidad y sustentabilidad, inéditos en el período histórico comentado. (Sergio Lescano)

 

EN LA ERA MACRI LAS JUBILACIONES PERDIERON 20 PUNTOS CONTRA LA INFLACIÓN

Durante la Alianza Cambiemos quedaron relegadas un 4,5% contra la suba de precios de cerca de 55% y completaron un retroceso de poco más de 20% en los cuatro años en los que gobernó Mauricio Macri.

De esta manera, las jubilaciones y demás beneficios tuvieron una caída en términos reales de poco más del 20% con relación a fines de 2015. (Ámbito Financiero)

Recopilación: Héctor Pellizzi

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