Las mutaciones ideológicas de Petrecca lo derriten políticamente

Opinión

 

 

En los últimos días el ejecutivo local sufrió cimbronazos políticos mezclados con conventillaje de alcobas. Sin lugar a dudas es el resultado de su propia esencia, de su insípida concepción ideológica.

La “no política”, la “anti política”,  con la que llegaron al gobierno, escondiendo los más duros y dogmáticos preceptos reaccionarios, no puede más que tener un concluyente tanguero: “ni el tiro del final te va a salir”.

Le pasó a Vidal, le pasó a Macri y lo quieren reintentar con Bulrich, con Ritondo, que dicho sea de paso, sus gestos de apología a la violación y al estupro en el Congreso Nacional es de una repugnancia ilimitada.

En Junín, un radicalismo desconocido y muy lejos de Moisés Lebenshon  ayudó a derrotar a Mario Meoni, eligiendo a Pablo Petrecca sin ningún proyecto serio económico, social y urbanístico para la ciudad.

Lo insólito fue el comportamiento electoral de los juninenses, en su mayoría de extracción católica, no dudaron un instante en traicionar a su propia iglesia por un hijo evangélico. Está claro que el endeble dogmatismo religioso contrasta con su firme posición anti peronista.

El PRO en Junín, sin construcción política y sin cuadros para gobernar, se fue tropezando con figuras que provenían del radicalismo, del peronismo, del meonismo, muchas de esas figuras tenían un dejo de aventura y solamente ansiaban acomodarse, tener un lugar a la sombra o al sol según las estaciones del calendario.

Y pasó lo que no pasó, ninguna vivienda para los trabajadores, ningún barrio popular, las escuelas públicas con grandes problemas de infraestructuras y las salitas de salud echadas al abandono. Ninguna capacidad de gestión para atraer inversiones industriales. En fin, una ciudad que sigue siendo de servicios, un ejecutivo que perdió su gran oportunidad cuando tuvo los planetas alineados durante cuatro años transformándose en un gobierno sin forma ni olor…

El fracaso de Petrecca en convertir a Junín en una ciudad deseada por inversores y turistas, también tiene responsables  en la oposición. Sin ir más lejos el Partido Justicialista posee una notada incapacidad de generar hechos políticos que enamore al pueblo. Conducir un movimiento es saber seducir y no meramente mandar, ordenar… al decir de Perón en su sapiencia.

El peronismo no puede tener la política sectaria que esgrime Cambiemos, de no dialogar con la oposición, a tal punto que unas de las diferencias de Petrecca con Chami fue la relación institucional que este último tuvo con el referente de la Comunidad mapuche Nahuel Payún, Oscar Farias y el acercamiento de Viki Muffarotto y Gustavo Traverso en la entrega de 23 patrulleros.

El peronismo es el artífice de la Comunidad Organizada, paso fundamental de su universo filosófico, por eso quienes rigen los destinos del justicialismo deben profundizar a Perón en su esencia de conductor, sino se cae en la vulgaridad y el aburrimiento que no es más que la mediocridad y la decadencia.

El PJ de Junín en homenaje a Hebe de  Bonafini

El nivel de violencia que estamos viviendo por parte de una derecha que ya no esconde sus verdaderos objetivos, obstaculizando en el Congreso la conformación de ocho universidades, declamando el fin de la escuela pública sin ponerse colorados, las privatizaciones masivas sin importarles el aumento del desempleo, la eliminación del PAMI, la flexibilización laboral que significa, la pérdida del aguinaldo, de las indemnizaciones y las horas extras. Las jubilaciones pasaran nuevamente  a la órbita privada, y el “mercado” (8 multinacionales) como el regidor absoluto de la vida de los argentinos, ya fue escrito en el libro “Por qué” de Mauricio Macri.

El peronismo, el Frente Renovador, los alfonsinistas,  socialistas, comunistas, movimientos sociales, clase trabajadora organizada y demás militantes del campo popular, tiene una sola misión: evitar que el neo nazismo se instale en la Casa Rosada.

 

 

 

 

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