Luciano Polo con el «patón» Atondo y la «bruja» Ocampo
Después de una gira por Centroamérica con Osvaldo Zubeldía como técnico, fue el mismo «Troesma» nacido en Junín, quién le hizo los contactos para que vaya a jugar a Sarmiento.
Al club de Arias y Necochea llegó a préstamo, tras un paso fugaz para jugar el Nacional de 1978 en San Martín de Mendoza, el Verde decidió comprar su pase. Y con la campaña realizada en 1979 se comenzó a gestar lo que poco tiempo después se coronaría como gloria máxima de la institución verdolaga, el ascenso a la primera división del fútbol argentino.
SARMIENTO CAMPEÓN 1980
Parados: Jorge Peremateu, Rubén Glaría, Néstor Hernandorena, José Romero, Luciano Polo y Roberto M. Espósito.
Agachados: José R. Iglesias, José M. Lorant, Rodolfo Fischer, Héctor Ortega y Rubén Peracca.
El último domingo de febrero de 1981, el estadio Eva Perón recibió a Ferrocarril Oeste por la primera fecha del Torneo Metropolitano de la «A», esto fue posible tras una extensa y dura campaña que batallaron los guerreros del 80´. Luciano fue capitán y pieza fundamental del equipo que, en la segunda categoría, comenzó dirigiendo Oscar Cadars y que luego ascendería Juan Carlos Montes: «Hicimos un trabajo serio porque armamos un plantel increíble, había jugadores de jerarquía que vinieron para reforzar al club, como el «Lobo» Fischer, «Toti» Iglesias y «León» Espósito, entre otros…tres tipos que ya tenían experiencia en primera división”.
Luciano Polo durante una mateada con La Voz de los Barrios (año 2015)
La fecha nro. 27 del Torneo Metropolitano de 1981 formó parte, como estadística y anécdota, de la historia del fútbol argentino. Porque en el barrio de Caballito, en la cancha de Ferro Carril Oeste y frente a San Lorenzo, Polo metió el único gol que se hizo en el primer tiempo, de todos los partidos que se jugaban en esa jornada . «No sólo fue el único gol del primer tiempo, además fue uno de los únicos que hice mi carrera», recuerda con humor.
Parados: Eduardo Salces, Juan M. Píris, Gustavo De la Llera, Norberto Peratta, Luciano Polo y Daniel Lamolla.
Agachados: Jorge Clara, Molina, Sergio Pizzicotti, Juan C. Miranda y Héctor M. Herrero. Año 1983.
De los dos años en la máxima categoría Luciano guarda recuerdos que atesora con cierta nostalgia: «Para mí enfrentar a Francescoli y a Maradona, o haberle hecho un gol al Pato Filiol cuando le ganamos a River por 3 a 1, son momentos muy lindos e imborrables, que siempre van a permanecer, y que me regaló el fútbol».
El Metropolitano de 1984 pasó a jugar a Chacarita y un año después volvió a Junín. En 1986 colgó los botines pero siguió aferrado al club de sus amores. «Decidí hacer el curso de técnico profesional y dirigí la temporada del 95-96, donde formamos un plantel espectacular, con grandes jugadores como Bermegui, Mastrángelo, Muñoz, Olavarriaga… y obtuvimos el ascenso al Nacional «B» cuando le ganamos a Tigre 3 a 1 en Victoria con dos goles de Bermegui y uno de Paredes».
Llegó como jugador y disputó 298 partidos, convirtiéndose en uno de los máximos jugadores con presencias en el verdolaga y se coronó como técnico. «Mi vida está ligada a este club porque ante todo, yo soy hincha de Sarmiento«, concluyó Luciano Polo.
Por iniciativa de Iván Lázzaro y Sergio Pesce, se creó en su honor la «Peña Luciano Polo». «Siempre colaboramos con la institución, lo que se recauda de cada cena se trae y tratamos de ayudar y seguir ayudando, como ya lo hicimos con el salón de usos múltiples, con la parte deportiva del anexo, y con todo lo que esté a nuestro alcance”.
Luciano Polo quiere volver a jugar en el HCD